Qué absurdo que puede volverse el mundo después de una decisión así. Qué absurdo mi pasado. No dejo de preguntarme para qué. Para qué hice todas las cosas que hice si ahora estoy dispuesto a dejarlas todas. Si ahora me subo a un avión y en lo único que creo es en la relatividad de las cosas. Un día, importantes. Hoy, nada. Hoy dejo todo para irme. Todos los objetivos que alguna vez tuve, hoy ya no los tengo. Se han transformado en otra cosa. En otro objetivo más grande. Que se transformará, también, con el tiempo. Y entonces volveré. Quiero sentir algo que no sentí nunca. Dejar de mirar fotos y escuchar relatos de viajeros. Quiero vivir, yo. Quiero saber de qué se trata vivir un poco, en serio. Que Marzo deje de ser Marzo y acabar con esta manía de lunes y martes, de relojes y calendarios. Un presente absoluto. El pasado en la memoria y el futuro, impredecible. Quiero abandonar los planes y zambullirme con gusto en la incertidumbre. Quiero asustarme. Como estoy ahora, asustado.
Aún no te lo dije Sol, pero creo que estoy enamorado de vos. Y no tengo que aguantarlo más. En un rato nomás, mientras crucemos el Atlántico, voy a poder mirarte a la cara y decírtelo. Voy a poder sacármelo de encima. Y si acaso ocurriera, al verte, que mi sensación se diluyera, no importaría. Igual voy a decirte que lograste enamorarme en estos meses. Como hace mucho no me pasaba. Puedo sentirte Sol. Y capaz pueda todavía más.
-Su tarjeta de embarque por favor?
No puedo dejar de sentirme feliz. Sin temores, esta vez. Estoy sorprendida. Finalmente hice lo correcto. Voy a un lugar hermoso con ganas de aprender. Y voy a compartir el vuelo con un hombre que me da paz. ¡Por fin! No se qué resultará de todo esto, pero no importa. No me quiero adelantar, no lo quiero explicar, no le quiero poner un título, voy a vivir esta experiencia sin hacer jugar a la cabeza todo el tiempo. Sólo con el corazón.
No quise hacerle daño a nadie, pero necesitaba tomar distancia de todos. Es todo lo que puedo hacer, di todo lo que podía dar. Y no resultó. No me hizo bien. Necesito estar bien yo primero para poder desenvolverme más tranquila y, capaz algún día, volver. No estoy escapando, me estoy alejando. No es lo mismo. Un corte no es escapar, es terminar una etapa para empezar otra.
Falta re poco. Debe estar muy nervioso. Me causa gracia. Toda esa seguridad que tenía al principio… Vino a encararme como un ganador, con toda su creatividad. Después se enganchó y lo veo un poco inseguro. Estoy segura que ahora esta evitándome. Seguro que llamó a alguno de sus amigos para que le haga compañía. Le hubiera gustado tomar un café antes, pero así es mucho más divertido. Si me quiere, ¡que se la banque!
Au revoir Buenos Aires…