El "falso" despido

Este ensayo, ideado y titulado por un amigo (Emilio Gauna), tiene que ver con las crisis. 

El falso despido es esa última maniobra que muchos hacemos buscando generar en el otro algún tipo de reacción positiva, simulando una huida o despedida.

Indistintamente del momento de la relación en el que estés, cuando las cosas empiezan a ir mal para alguna de las partes, en general nos comportamos todos más o menos parecido.

Lo primero que solemos hacer cuando nos sentimos descuidados por nuestro compañero es amenazar. Las amenazas pueden ser bien concretas o muy sutiles. Estas simplemente buscan alertar al otro que de continuar con una determinada conducta nosotros estaríamos dispuestos a alejarnos. Se escuchan frases como: “La próxima vez que…” o “Es la última vez…” o “No sé cuánto tiempo más pueda aguantar así” o “Hace tiempo que te espero…”, etc.

Atravesada esta instancia y si aún no logramos el resultado esperado, llega el momento del falso despido. Básicamente es un instante de decir adiós con el único objetivo que el otro nos retenga similar al momento que le decimos a nuestro jefe que renunciamos para que nos de un aumento. Qué hacemos entonces? Planteamos una separación, mandamos un mail, llamamos para comunicar un adiós, pedimos un tiempo, salimos por la puerta con todas las cosas, etc., etc. 

Pero como siempre… la vida balancea. Y ocurre que nos perdemos de observar que a pesar que todos tuvimos este tipo de conductas alguna vez, también hemos sido víctima de ellas. Y cuando uno es víctima de esta estrategia, por lo general sabe que el otro está hasta las manos, sufriendo, pero solo nos está corriendo.

Para que esto realmente funcione, uno tiene que estar dispuesto a perder. Pero claro, si uno esta dispuesto a perder, la decisión ya fue tomada, entonces no sería una estrategia.

El despido “verdadero” no es aquel que debe ser comunicado, es ese proceso que se vive internamente donde uno se va realmente despidiendo del otro. Todo aquello que merece algún tipo de comunicación a un tercero es porque resulta necesaria la respuesta del receptor. Si la respuesta del receptor es necesaria, claramente aún no hay una decisión.

Considero, que llegado un determinado momento de madurez en la vida, uno deja de explicarle al otro que es lo que debe hacer para retenernos, sino todo lo contrario, se mantiene evaluativo para una mejor elección de la persona que pretende. 

Más de lo mismo pero vale repetirlo: Encontrar algo que nos gusta de una persona y asumir que tiene todo lo demás es una actitud netamente adolescente. Un adulto, una persona que evoluciono en sus experiencias afectivas, sabe que indistintamente del “flash” que alguien nos pueda producir, hay muchas cosas por conocer, y todas están sujetas a un filtro. Y por último agrego, todos vamos cambiando en muchísimos aspectos a lo largo de la vida, es por eso que alguien que hace dos años me resultaba mi compañera ideal, hoy puede haberlo dejado de ser.

No nos encaprichemos con las personas, levantemos un poco la cabeza… 

Capricho: “Idea sin razón.  Deseo vehemente.  Antojo.  Obra de arte que rompe con las reglas establecidas.  Persona, animal o cosa que es objeto de tal capricho o deseo.”