Cuando se lo diga se acabó. Estoy seguro. No puedo seguir callando estas cosas. Va a ser difícil. No me voy a adelantar, igual. Hablar las cosas de frente no siempre significa terminar. ¿Dónde se habrá metido?
- ¿Qué te vas a servir?
- Estoy esperando a alguien. Dame 10 minutos.
Aparecé de una vez, Sol. Tengo un nudo en el estómago hace días. No progreso en nada. Tengo mi mente puesta todo el día en vos. Y vos, ¡no estás!
- Hola. Perdoná la tardanza pero…
- No hay problema Sol.
- ¿Qué pasa? ¿Me vas a decir de una vez para qué querías que nos juntemos acá?
- Me siento solo.
- ¿Otra vez Marcos?
- Capaz me equivoqué yo y durante mucho tiempo te hice creer que soportaba esta forma de llevar adelante la relación. Pero no es verdad. Te siento ausente y no lo soporto. Ausente de mi vida y de mis cosas. Me duele mucho y ya no aguanto más.
- ¿Qué me estás insinuando? No se qué decirte Marcos.
- No estoy insinuando nada. Simplemente te transmito dónde estoy yo parado. Con las cartas sobre la mesa, capaz podemos tomar una mejor decisión para ambos.
- No se Marcos, no estoy pasando por un buen momento. Incluso estaba pensando en dejar el laburo un tiempo y hacer un viaje.
- ¿Qué? ¿Y cuándo me lo pensabas decir?
- Es una idea que me da vueltas desde hace unos días en la cabeza. Sos el primero a quien se lo digo. Pensar en eso es lo único que me hace sentir bien.
- Un viaje… ¿adónde? ¿Cuándo?
- Inicialmente a París y después a recorrer. Sabés que siempre tuve la fantasía de hacar algo así.
- No entiendo nada. Pero lo que si está claro es que lo único que nos une es un compromiso que elegimos hace un año y medio pero que ya perdió vigencia. Estoy destruído Sol. No lo puedo creer.
- …
- ¿Sabés que siento?
- Marcos, te estoy diciendo lo que me da vueltas en la cabeza, no tengo nada resuelto, son sólo pensamientos.
- Pensamientos que no tienen nada que ver con nosotros. Pensamientos que no ocurren de un día para el otro. Y en el medio de todo este proceso, solo te callaste la boca y me hiciste sentir que el que no entendía era yo. Que no te aceptaba por quién eras, que no tenía paciencia, que demandaba mucho. Todo giró en torno a mí, como si vos fueras la de siempre y el que cada vez quería mas era yo. Ahora me pregunto… ¿Quién sos? Yo conocí una mujer totalmente distinta a esta. Vos no eras así. Te fuiste cerrando a lo largo de todo este tiempo. Fuiste viviendo cosas que no compartiste, que te fueron cambiando. Y yo lo notaba y te lo remarcaba pero vos me ocultaste todo lo que anda pasando.
- …
- Sol, te conozco. Cuando uno comparte tiempo al lado de una persona, sobre todo en una relación afectiva, comienza a memorizar, conciente o inconscientemente, caras, gestos, hábitos, formas. Y cuando algo cambia, uno se da cuenta. Si yo te digo que estás rara, significa que algo cambió. Lo más triste es que dejé de confiar en mí. Omití estas impresiones y me dije “tal vez tiene razón y estoy exagerando”. Que forro. Me siento un tarado. Sabía que algo había.
- Marcos no hay nada. Ni nadie… de verdad. No se qué más decirte.
- Sol, me chupa un huevo si es algo o alguien. Lo que sí me importa es que te perdí a vos. Eso es lo que me duele, ¿No entendés?
- No te pongas así please…
Necesito salir de acá. Me hizo cargar con su mochila todos estos meses y la realidad es que, cuando le apoyé algo de lo mío en sus hombros, no lo bancó. Soy un boludo. Era tan obvio. Como mierda pude haber dudado de mí. Darle todo a alguien que no tiene nada claro. Por forro me pasa esto, por querer hacerle bien a quién no te lo pidió.
- Sol tengo que salir de acá. No puedo abrazarte, estoy destrozado.
- Vamos a tu casa, dale.
- No. Se que lo que me espera es duro, pero este fue mi último momento sintiéndome así. No más. Basta de angustia. De ahora en más quiero ir levantándome de a poco. Quiero caminar hacia algún lado con rumbo. No tenés la culpa, es el precio que pagué por enamorarme. Lo tendré que aceptar. Mañana va a ser un día negro, pero seguro mucho más claro que el de hoy. Me voy. Ni siquiera llegamos a pedir algo. El mozo habrá visto nuestras caras y ni se acercó.
- Me hacés reír de los nervios, please… no hagas bromas…
- ¡Cuidate mucho!
- Marcos, esperá…