martes, 31 de marzo de 2009

XVIII - This could be heaven or this could be hell

No puedo dormir. No puedo sacármelo de la cabeza. La tele no sirve, la prendí y la apagué catorce veces. Llamar a Buenos Aires y que me escuchen así, no sirve. Consejos estúpidos, no sirve, no los quiero escuchar. Quiero llorar y no puedo.

¿Qué hago todavía acá, en Madrid, en este hotel extraño, cuando ya debería estar en Paris como lo planifiqué? No entiendo cómo alguien puede desaparecer así. Lo busqué por todo el aeropuerto. Su vuelo a Munich salía con dos o tres horas de diferencia. Es imposible lo que pasó. No puede desaparecer una persona en un avión. 

¿Qué estoy haciendo? Lo conocí unas horas, no es para tanto. Perdí mi vuelo por un extraño que me dejó plantada. No puedo cerrar la historia así, todo lo que tenía en mente, de repente, perdió sentido.

Tengo que darle una respuesta a esto sólo para poder levantarme mañana y seguir adelante. En Madrid, angustiada, lejos de todo. No caigo. Ni siquiera entiendo bien por qué.

Debe ser la evaporación de la ilusión. Hace tiempo que sueño con una historia que se demoró en comenzar. Me colmó de fantasía y ahora estoy vacía. Era lindo soñar con Europa, pero más lindo era soñar con Europa enamorada. O enamorándome.

Que distinto se ve todo cuando algo que parecía un hecho, ya no está. Quiero disfrutar por estar donde estoy pero no puedo más que estar triste. No me lo merezco. Qué injusticia. Y que idiota me siento por pensar que esto era sólo un juego. Mira cómo estás. Llegaste a España con los ojos hinchados, caminaste más el aeropuerto de lo que caminaste en las calles.

¿Por qué los hombres serán tan cagones? ¿Por qué no me dijo en la cara: “Sol, no me vas”? Encima, me preocupé, pensé que le había pasado algo. Me siento una tonta.
 
Pero lo quiero. Quiero saber de él. Capaz, lo mejor que puedo hacer es despedirme. Desahogarme. Contarle lo que me pasa en un mail y que lo lea cuando tenga que ser. 

Me voy a un bar. Necesito sacarme esto de encima. ¿Habrá WIFI acá? ¡Yes! 

¡Uy! Mail de Marcos. No se si es el momento de leer esto.

Cris dice:
¿Estás?

lunes, 30 de marzo de 2009

Señales

Señal: Gesto u otro tipo de signo que informa o avisa de algo. La señal sustituye por lo tanto a la palabra escrita o al lenguaje. Ellas obedecen a convenciones, por lo que son fácilmente interpretadas.

¿Existe alguna señal que indique la posibilidad de enamorarnos? Si, el MIEDO.

Este es el único indicio que todos tenemos como factor común, previo al desarrollo del amor. Sin embargo, con esto no quiero decir que siempre que sintamos miedo al lado de una persona nos vamos a enamorar; pero si afirmo, que si hay amor es porque previamente hubo temor.

Esto aplica para todas las personas del mundo con una sola excepción: Aquellos que se están enamorando por primera vez. Solo quienes nunca han vivido una separación, se enamorarán felices, disfrutando, sin pánico, esta nueva sensación que los invade. ¿Por qué?

“Lo verdaderamente mágico del primer amor, es la absoluta ignorancia de que alguna vez, ha de terminar”. 

En cambio, para todos aquellos que hemos padecido la dolorosa situación de experimentar un duelo, el cuerpo, que tiene mucha memoria, nos avisará con una alarma, que existe la posibilidad que nos vuelva a ocurrir. 

Ya que para mí el miedo es solo eso, una alarma. Un aviso que algo importante esta por ocurrir. Algo que si saliera mal podría afectarnos negativamente. Nada más. El miedo nunca debe ser un inhibidor automático, todo lo contrario, debe ser un indicador que nos obligue a prestar atención y a juzgar con el mejor de nuestros criterios. Igualmente… este es otro ensayo.

Lo importante es, que si conociste a alguien y el temor te invade, la primera deducción es que corres el único riesgo de terminar enamorado. Solo quien pueda enamorarte te generará las típicas incertidumbres de un futuro afectivo impredecible.

Pero más importante aún es, que si tu compañero es buena onda, te divierte, la pasas bien y jamás te generó cierto escalofrío, insomnio, dudas, preguntas, ansiedad, cuelgues, enrosques... es porque probablemente solo navegarás en los mares del “te quiero mucho”… pero nada más.


martes, 24 de marzo de 2009

Haceme compañía al teléfono

En la búsqueda de entender más a las mujeres, me di cuenta que me falto analizar una conducta bastante frecuente y con grandes interrogantes.

No hay dudas que una característica excesivamente representativa del sexo femenino son los cambios de ánimo casi impredecibles. Entre ellos, hay uno que siempre me llamo mucho la atención. 

Éste tiene que ver con una necesidad de compañía “distante”. Como una especie de “te necesito”, pero mantenete lejos. Algo muy extraño desde un enfoque masculino.

¿Qué significa eso de quedate pero no me toques? ¿Hablame pero no vengas? ¿Escribime pero no me llames?

Cosa muy rara… pero pensándolo un poco mejor he logrado entender un poco de que se trata este mensaje o necesidad confusa.

Básicamente, es una sensación de extrema sensibilidad que puede durar un día una vez al mes, o un período de unos buenos años. Un momento de vulnerabilidad donde la debilidad es la principal característica. 

Sensibilidad: Capacidad de respuesta a excitaciones, estímulos o causas.

Vulnerabilidad: Cuán poco resistente es un objeto a la acción de una perturbación. También se entiende como las características de una persona o grupo desde el punto de vista de su capacidad para anticipar, sobrevivir, resistir y recuperarse del impacto de una amenaza natural, implicando una combinación de factores que determinan el grado hasta el cual la vida y la subsistencia de alguien queda en riesgo por un evento distinto e identificable de la naturaleza o de la sociedad.

Por un lado es obvio que una persona sensibilizada busca automáticamente contención y protección. Pero, ¿qué podría ocurrir si quien me pretende me tuviera en frente en un momento vulnerable? Probablemente me afectaría y de alguna forma podría, si quisiera, aprovechar de mí. Muy parecido a cuando estamos alcoholizados. Los filtros bajan la guardia y todo fluye más rápido. 

¿Y si además, quién tenemos al lado provoca algo de inseguridad? Yo diría que lo mejor sería alejarlo hasta que pueda “defenderme”, aunque sea por las dudas, ¿no? Mínimo, hasta que me mis emociones mantengan cierta estabilidad y me permitan juzgar correctamente.

Creo que de esta forma puedo resumir en que si una mujer te busca pero no accede a verte, claramente te está diciendo tres cosas: La primera es que esta sensible, la segunda es que te necesita cerca, y la tercera es que aún no confía del todo en vos.

domingo, 22 de marzo de 2009

El amor perfecto

¿Cuál es la clave para un amor perfecto? Amar y ser amado. Esto definitivamente es una obviedad, pero en la práctica pareciera no ser tan sencillo.

Para que exista una armonía entre el amor que siento y el amor que recibo, debemos hacer solo dos cosas:

1- Lo primero es elegir. Encontrar a quien nos puede enamorar perdidamente. Descubrir quien brilla entre la multitud. 
2- Lo segundo, es darnos cuenta si la sensación es recíproca. Si yo también brillo para esta persona.

Esto que parece tan simple, en la realidad es casi imposible. ¿Por qué? No lo sé. Hay millones de motivos, y casi todos muy personales. Algunos se cansan de buscar, otros se cansan de esperar, otros simplemente ya no creen que puede ocurrir, otros han sufrido mucho y ya no tienen fuerzas, otros creen que tienen que definir rápido porque se les pasa el tren, etc., etc.

Entonces, ¿qué ocurre? Se da como una especie de negociación implícita entre las partes, dónde una resigna no estar tan enamorada, y la otra no ser tan amada.

Pero lo más curioso es que ambos lo saben, pero ninguno lo dice. Simplemente se acepta.

Esto no suele darse de pendejos, a los 20 años, esto ocurre cuando otras cosas, otros motivos, son los que empiezan a movilizar el hecho de estar en pareja. Me refiero a formar una familia. 

Cuando uno es muy joven, lo único que le importa del sexo opuesto es AMAR. Encontrar alguien de quien enamorarse y vivir un cuento de hadas. Pero a medida que va creciendo, la pareja comienza a tener otra finalidad. Una finalidad que para muchos es madurez, y para mi es simplemente “anidar” para tener hijos. 

Esto atenta contra el amor. Corre del objetivo, el motivo principal por el que nos fijábamos en el otro. Un motivo mucho más inconsciente, natural, espontáneo, presente.

Este tema da para desarrollar varias ideas que iré plasmando en los próximos ensayos. Pero como primera conclusión puedo decir que resulta necesario mantenerse ciertamente adolescente en lo que al amor respecta, ya que en la medida que lo racionalizamos cada vez más, se torna inalcanzable. 

viernes, 20 de marzo de 2009

XVII - No me sigas, yo también estoy perdido

Señores pasajeros, el capitán encendió la luz de ajuste de sus cinturones de seguridad. Por favor, permanezcan sentados en sus asientos. El servicio de la cena se suspenderá momentáneamente.

- Por favor, les pido que vuelvan a sus asientos.
- El tema es que nos prestaron estos asientos mientras durara la cena.
- No importa, siéntense ahí por ahora, no hay problema.
- ¿Pasó algo que suspendieron el servicio?
- No, simplemente va a haber algo de turbulencia y se va a hacer difícil circular por los pasillos.
- ¿Será eso Cris?
- No tengo idea. Encima le tengo pánico a estas cosas. ¡Lo que faltaba!
- Quedate tranquilo. Debe ser normal. Uno que no viaja tanto no está acostumbrado, pero no nos preocupemos anticipadamente. ¿Por qué no ponés algo de música y te concentrás en mí tanto que insististe? Yo te distraigo.
- Me haces reír. Te juro que esto me pone muy nervioso. No sé que poner… ¿Te gusta la música clásica?
- No conozco mucho.
- Yo tampoco, pero me bajé algunos temas conocidos de alguna que otra película y te transportan.


Me quedé dormida. ¿Cris? ¿Dónde te metiste? Debe haber ido al baño. No entiendo nada. ¿Y la cena? ¿La habrán traído y él dijo que no? Deberían estar por traer el desayuno. Ya amaneció, no pude haber dormido tanto.

- Disculpame, ¿ya están por traer el desayuno?
- No, el desayuno ya pasó. La traté de despertar, pero me fue imposible. Estamos próximos a aterrizar, así que le ruego que enderece su asiento y se abroche el cinturón.
- Pero no entiendo, había un chico sentado conmigo, ¿no lo vio levantarse al baño?
- La verdad que no señorita, recuerdo que anoche usted estaba con alguien. Cuando pudimos pasar a servir la cena finalmente, nos dijo que no iban a cenar. Esa fue la última vez que lo vi. Hoy a la mañana ya no estaba.
- Pero no puede ser, mi verdadero asiento es abajo. Necesito bajar a buscarlo.
- No, ahora no es el momento. Estamos próximos a aterrizar, así que le ruego que permanezca sentada.
- Pero usted no entiende, no tengo idea dónde se sienta y el avión es enorme. Si espero a que aterricemos va a ser un mundo de gente y no lo voy a encontrar.
- No se preocupe. Usted está en primera clase, tendrá prioridad para bajar.
- No puedo creer que me esté pasando esto. Está bien, gracias.

¿Que mierda hago? No entiendo como se pudo haber ido así. ¿Por qué? ¿Se habrá sentido mal por la turbulencia? Me hubiera avisado. Tengo miedo que sea otra cosa. ¿Le habrá caído mal mi comentario cuando me pidió que siga el viaje con él? Me estoy poniendo nerviosa. No sé qué hacer. Va a ser imposible encontrarlo. Encima vamos para lugares distintos. No me puede estar pasando esto. Cristian sos un forro. Me estás haciendo sentir mal. Algo pasó, tengo esta fea sensación. Tengo que bajar a mi asiento aunque sea. Acá no lo voy a ver más. No me puedo quedar acá sentada como una estúpida sin hacer nada. Mejor que tenga una buena explicación, porque si no… Me mando ahora, ya fue.

- ¡¡¡¡Señorita, por favor vuelva a su asiento!!!!
- Perdooon.

miércoles, 18 de marzo de 2009

No es quién, es cuándo

Es muy común en mí tender a restarle importancia a la persona de la cual nos enamoramos, frente al momento en el cual esta hizo su aparición en mi vida. Esto no significa que haya una disminución de valor en el individuo, simplemente creo que hay mayor importancia en lo que esta ocurriendo en mi al conocer a alguien.

Analicémonos un poco más en detalle. En mi opinión, no son las personas per se las que nos hacen sentir, sino las reacciones o acciones de esas personas. Lo que nos enamora de alguien tiene que ver con aquello que hace, y como lo expresa. O sea, todo lo perceptible. Este grupo de acciones y expresiones combinadas de una determinada manera, constituyen una identidad.

Identidad:

* Representa un conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad. También es la conciencia que tiene una persona de ser ella misma y distinta al resto.
* Es el reconocimiento que hacemos de nosotros mismos o de nuestra comunidad a partir de lo que nos  diferencia de las otras.
* Indica que aquel objeto es único, aunque disponga de un estado idéntico a otros objetos.

Mas allá que todos somos distintos, tenemos características que nos asemejan. Es correcto decir que nadie es 100% igual a mi, pero si puedo encontrar diferentes condiciones en otras personas. También resulta correcto afirmar que lo que enamora de nosotros son algunas de todas esas condiciones y no todas. Y además, no necesariamente serán las mismas para todos nuestros enamorados.

A una mujer le puede haber enamorado mi seguridad, a otra, mi buen sentido del humor, etc. Como explique en mi ensayo “Ecuación del Enamoramiento”, son algunas características principales las que dan lugar al enamoramiento y todas las demás simplemente acompañan. O sea, podrían haber sido otras e igual nos gustarían.

¿Qué quiero decir con todo esto? Simplemente, que tanto la seguridad, el sentido del humor, la sensibilidad, etc. , etc., son atributos de mi personalidad que también poseen otras personas. Claramente si el amor dependiera exclusivamente del individuo del que me enamore, correría grandes riesgos de no volver a enamorarme si lo perdiera. Y todos sabemos que esto no es así.

De esta forma creo que he logrado explicar el porque tiendo a restarle importancia a mi ser amado. No es que tiene poco valor, sino que simplemente hay otras cosas que ocurren antes, otras cosas que no tienen que ver con el otro, sino conmigo mismo. 

Continuará…

domingo, 15 de marzo de 2009

XVI - "En contacto"

- ¿Bailamos?
- ¿Qué? ¿Acá?
- Sí.
- Pero Cris, nos ve todo el mundo. Aparte, no hay música.
- ¡Claro que hay! Ponete esto. Dame la mano y escuchá. Dejate llevar por la música. 
- Me da mucha vergüenza.
- Está todo apagado y la mayoría de la gente duerme. 
- Bueno, dale. ¡Me matás!
- Ahí va:



- Veni conmigo, Sol.
- ¿Adónde?
- Ya sabés adonde.
- Pero Cris… mi viaje. Mis planes.
- Lo se. Sólo que no puedo dejar de pensar que en unas horas nos vamos a separar.
- ¡Basta! No dejemos que el futuro se apodere de nuestro presente. ¿Cuántas veces me lo dijiste vos? Confío en que si tiene que ser, va a ser. De alguna forma no nos vamos a alejar.
- ¿No tenés miedo?
- Contestame sinceramente: ¿Vos estás dispuesto a renunciar a tu viaje por mí? Programaste esta aventura durante casi un año, ahorraste, renunciaste a tu trabajo, te entrenaste. ¿Dejarías todo eso por mí?
- No lo se.
- Entonces te pido que no me transmitas esto a mí hasta que no tengas esa respuesta. Yo tampoco lo sé, así que relajémonos que en breve lo vamos a averiguar ¿no?
- ¡Qué segura te volviste!
- ¡Viste! No te la veías venir, ¿eh?
- Me encantás. ¿Estás lista?
- ¿Para qué?
- Para nuestro primer beso.
- No me adelantes la película. Sorprendeme. ¡Así!

- Estás osada esta noche.
- Capaz no me conocías del todo.
- Capaz. Te quiero raptar y desaparecer de acá y no hay lugar a donde huir.
- Tendrás que esperar.
- O no… ¿Estará libre?
- Ni se te ocurra.
- No es lo que pensás. Acompañame.

jueves, 12 de marzo de 2009

Nivel de Dificultad: Extremo

“…una pequeña explicación a los amantes de historias, relaciones, noviazgos… con idas y vueltas, con interrogantes por todos lados, con indefiniciones, con miedos, con trampas, con rupturas periódicas, con falsos despidos, con terceros, con pasión, con tristeza y angustia, con soledad, con incertidumbre, con distancia, con peleas y más peleas, con silencios eternos, con especulaciones constantes, etc., etc., etc.”

… continúo

Se dice que hay personas que sienten atracción por las historias complicadas. Como si de alguna manera, el atributo dificultad fuera el determinante a la hora de elegir una persona.

Pero yo no lo veo así. Creo que las personas que dicen estar enamoradas de quién no puede ser, o nunca termina de constituirse en una relación hecha y derecha, solo están buscando una sola cosa: ESTAR SOLOS.

Detrás de las palabras que manifiestan una historia apasionante pero que nunca se alcanza, esta la verdad de una persona que solo quiere permanecer en la libertad del no compromiso.

¿Por qué? Porque solo aquel que no me desea me permite la posibilidad de desearlo. Si me aman, me condicionan, me ponen el peso de su amor en los hombros, me pretenden y me anulan la posibilidad de sentir mi amor con libertad.

Claramente estoy describiendo el perfil de una persona con temores. Temores que pueden ser de todo tipo, pero principalmente a los “condicionantes”. 

Imaginen que si mi objeto de deseo nunca está del todo seguro de mí, me permite la posibilidad de manejar los tiempos. Por ejemplo: Si hoy quiero acercarme, existe la posibilidad de que nos veamos, en cambio si hoy no quiero acercarme, como esta persona no me busca, simplemente con quedarme quieto es suficiente. Nunca voy a tener que decir que no, porque es probable que todo dependa de mí para que sobreviva.

Además no hay culpas, total al final, el otro siempre tiene un pie afuera. Puedo salir con otras personas, total no hay compromiso. No lo tengo que presentar en ningún contexto, ya que no llego a ese nivel de seriedad la relación. 

Las relaciones complicadas, son una forma de estar acompañado en total privacidad. Es una especie de relación basada en las primeras salidas. Ya que cada dos por tres existe un motivo para el distanciamiento, retrocediendo todo lo avanzado hasta el primer día.

Todos sabemos, que es muy fácil terminar en pareja, solo te toma conocer a alguien que te gusta, salir unas veces, flexibilizarte y disfrutar…. Al cabo de algunos meses, la relación ya será un hecho aunque no quieras. Quién lo único que hace es encontrar imposibles, es porque lo única relación que quiere tener, es con el mismo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Presentame una amiga "mala"

Hace un tiempo siempre jodía que querían que me presenten una chica mala. Rápidamente me preguntaban ¿qué es una chica mala y por qué queres conocer una mujer así?

La respuesta es muy sencilla, una mujer mala es una mujer que le sobra. Una mujer que se puede dar el lujo de dejar pasar y pasar oportunidades ya que nunca siente que se esta perdiendo alguien verdaderamente especial. Capaz es muy selectiva, capaz esta en otra, capaz simplemente esta tan llena de oportunidades que se marea, y un sinfín de explicaciones más que la convierten en una mujer inaccesible.

¿Y por qué quería que me presenten una mujer así? Porque una mujer mala reúne una serie de características muy atractivas.  

Para empezar, una chica mala jamás pasará desapercibida a los ojos. Siempre llamará la atención. No necesariamente tiene que ser la más hermosa, pero si encuentra las facultades para provocar o cautivar los ojos de hombres y mujeres (ya que las mujeres miran mujeres) consciente o inconscientemente. 

Además siempre esta sola. De esta forma genera la ilusión de poder ser atrapada o poseída. Una mujer que vive siempre en pareja es menos atractiva que una mujer libre. Las mujeres malas siempre van solas a todos lados, a lo sumo acompañadas por algún amigo gay. No se muestran con nadie, no presentan a nadie, y eso al hombre lo cautiva. Al hombre no le gusta que una mujer que le atrae este asociada a otro hombre que no sea él.

Una mujer mala te desafía, tus mejores atributos parecen no tener efecto, obligándote a desarrollar nuevas estrategias de acercamiento. Te rechaza, te pone cara de nada y todo lo que esta prohibido le hace un llamado a la curiosidad. 

Pero lo mas importante de una mujer mala es que desarrolla una relación difícil, una relación complicada, y tanto en hombres como en mujeres, hay muchos adictos a conocer y mantener relaciones con personas rebuscadas. Ejemplares que viven (o vivimos) en una constante ilusión y desilusión.

Por eso, este ensayo era solo una introducción para el que viene… una pequeña explicación a los amantes de historias, relaciones, noviazgos… con idas y vueltas, con interrogantes por todos lados, con indefiniciones, con miedos, con trampas, con rupturas periódicas, con falsos despidos, con terceros, con pasión, con tristeza y angustia, con soledad, con incertidumbre, con distancia, con peleas y más peleas, con silencios eternos, con especulaciones constantes, etc., etc., etc.

lunes, 9 de marzo de 2009

XV - Siempre hay alguien esperando entre la multitud

- Hola.
- ¡Hola! Pensé que ya no volvías. 
- Ya está. ¿Venís conmigo?
- ¿A dónde?
- Vos seguime. Dame la mano.
- Sol no se si se puede subir por acá.
- Seguime, te digo. ¿Ves esos dos lugares?
- Sí.
- Son nuestros, por un rato. ¿Comés conmigo?
- Como con vos…
- Cris, antes que nada, quiero decirte algo. Creo que ya sabés en qué estado me encontraba cuando empezamos a hablar. Pero en este último tiempo no dejé de sorprenderme de mí misma, de la forma en que cambiaron las cosas adentro mío, y de la velocidad. No me cerraba del todo, no entendía bien qué era lo que producía todo este cambio en mí. Entonces me puse a pensar. Y pensé y pensé. Y, finalmente, llegué a la siguiente conclusión.
- Te escucho.
- Me di cuenta que hay dos cosas muy importantes en la vida de una persona. La primera, un poco obvia, tiene que ver con sentirnos amados, queridos. Todos necesitamos recibir amor. Sin amor, una persona no sobrevive. La realidad es que en mi casa nunca me faltó nada. En ningún aspecto. Me siento agradecida por eso. Mis padres siempre han estado cerca. En cambio, la segunda es un poco más difícil de conseguir. Tiene que ver con sentirnos aceptados tal cual y como somos. Aún no soy mamá pero entiendo que los padres idealizan a sus hijos. Creen que sos una buena persona, porque así lo quieren. Consideran cuál sería tu mejor futuro. Ambas cosas deberían estar íntimamente ligadas. Sin embargo, parece que no. Si no te sentís aceptado, te sentís solo, y eso es lo que empezó a pasarme. ¿Me explico? ¡No te aburras, que es importante!
- Para nada. Te sigo. 
- Uno va creciendo y escucha comentarios de los padres aprobando y desaprobando conductas, anhelos, ambiciones, esfuerzos. Y si por algún motivo tus gustos o tus sueños poco tienen que ver con los que comparten ellos, dependerá de que tan flexibles sean para empujarte a alcanzar tus propias metas.
- Totalmente.
- En mi caso mi familia fue bastante cerrada toda su vida, al punto que me di cuenta que muchas cosas que siempre quise hacer las terminé bloqueando porque me hicieron creer, sin querer, que eran chatas o poco ambiciosas. Me afectó y me condicionó. Me sacaron casi las ganas de compartir ciertas cosas con ellos por saber de antemano exactamente qué iban a decir. Así evitaba desilusiones. Pero claro, no podés reprimirte toda la vida. Tarde o temprano, colapsás. Algunos muy negativamente. Otros, como yo, empiezan encerrándose, con mal humor, dormís cada vez más y peor…
- Sol…
- ¡Esperá! Porque entonces un día te conocí a vos. O vos me conociste a mí. No sé. Sólo se que no fue cualquier día. Fue el día en que ya mis ojos estaban despertando y querían encontrar unas palabras familiares, que habían existido solamente adentro mío y en voz baja. Semanas o meses atrás te hubiera ignorado. De hecho, dudé, ¿te acordás? ¿Y te acordás  que después volví a buscarte?
- Claro que me acuerdo, pensé que desaparecías esa noche.
- Pero no fue así, porque a lo largo de los días sólo me fuiste mostrando y festejando cada cosa loca que en algún momento se me ocurrió hacer. Me empecé a sentir acompañada. No en lo afectivo sino en los pensamientos, en lo espiritual. Muchas veces, que te abracen no te saca la sensación de soledad, pero con vos, sin tocarnos, sin mirarnos, sólo con un diálogo, dejé de sentirme sola. Parece una locura, pero cuántos perdidos se sienten contenidos por un autor, por un libro, por una filosofía, que encuentran a la distancia. Yo tuve la suerte de sentirlo con vos. Me di la oportunidad de ser yo misma, con un extraño, y me llenaste de energía que me permite fantasear un poco más. Empecé a sentirme bien. Pero de verdad. Por lo menos a la noche, cuando me cruzaba con vos para hablar de todo aquello que no tenía que ver con mi días comunes. Hasta que, finalmente, tomé coraje y decidí hacer esto. Esto que ya dejó de ser una locura hace rato.

- …
- ¿Cris?
- Me dejás sin palabras. Me emociona un poco verte y escucharte así.
- Por eso, te quiero decir que, indistintamente de lo que pase de acá en adelante, te agradezco con todo mi corazón que te hayas cruzado conmigo en ese estacionamiento. Ya sumaste en mi vida de una forma que capaz poco puedas entender. Con esto me basta y te estaré siempre agradecida. Ahora sólo deseo tener yo la oportunidad de poder corresponderte a vos de la misma manera.
- …
- ¡¡Terminé!! Decí algo tarado que si no se me van a caer las lágrimas.

viernes, 6 de marzo de 2009

Nadie vale hasta que VALE

Este ensayo tiene que ver con los caprichos. Caprichos que tenemos todos cuando alguien nos atrae un poco mas de lo normal.

También tiene que ver con el amor o el flash a primera vista. Nos agrupa a todos, ya que todos en algún momento hemos sentido plena atracción por alguna persona que capaz a penas nos registraba. 

Es un momento en la vida de uno donde todos somos Sujetos Amantes y estamos obligados a conquistar a nuestro Objeto Amado. A algunos les pasa frecuentemente y a otros capaz solo una vez. 

Nadie vale hasta que vale es una forma de romper con ese capricho. Es la medicina digamos. Es una frase que tenemos que repetirnos cuando por x motivo una persona que aún no ha hecho nada por nosotros nos empieza a sacar el sueño.

Es difícil de controlar la atracción, y como digo en casi todos mis escritos, nuestra necesidad de encontrar un ser amado nos lleva a sacar conclusiones apresuradamente. 

Por otro lado es muy divertida la conquista, es emocionante mirar a alguien y sentir que perdes la cabeza, pero todo tiene un límite. Ese límite radica en cuanto estamos dispuestos a invertir en pro de conquistar a una persona.

Yo creo que esa inversión que uno debe hacer nunca debe llegar al punto de hacernos sentir mal. Y la forma de no sentirnos mal es cuando vemos un progreso en nuestro cortejo. Indisintamente de la velocidad en la que vaya prosperando, siempre tiene que haber un avance. 

Ese avance tiene que ver con la observación del otro para con nosotros, en quien estamos dejando toda nuestra creatividad, predisposición y seducción en pro de generarle las sensaciones más intensas.

Pero si este proceso se llegara a detener o no prospera, la frustración nos encontrará rápidamente. Y la única forma de evitarla será en el saber distinguir quien vale de quien no.

En mi opinión el valor de una persona esta dada por lo que recibo en el equilibrio de lo que entrego. Es una ecuación muy personal, ya que no siempre necesitamos recibir proporcionalmente lo mismo (50% y 50%), pero definitivamente si necesitamos recibir “algo”.

Si alguien vale para nosotros siempre vamos a dar algo, es por eso que si no estamos recibiendo nada, esto nos esta indicando que no tenemos valor para esta persona.

Entonces, no dejes de recordar, que nadie vale hasta realmente haya un valor recíproco; evitando el grave error de creer que alguien puede tener valor solamente porque te gusta.

jueves, 5 de marzo de 2009

Las apariencias engañan

Hace no mucho tiempo, charlando entre amigos con unas chicas en Brasil inicie un debate (que otra cosa podría hacer) acerca del hombre, la mujer, las relaciones y todos estos temas.

La charla derivó en tratar de explicar los motivos por los cuales la mayoría de las mujeres no les resulta atractivo ver un hombre desconocido desnudo. Algo que claramente no ocurre al revez. 

Después de cruzar algunas ideas, una de ellas me dijo algo como que la mujer necesita conocer algo de ese hombre para que comience a gustarle. Algo indentificatorio (no sé si existe la palabra, pero en este caso resulta útil).

Por ejemplo, al observar a un hombre vestido, depende como lo haga, que se ponga, etc., le permite a una mujer dar a conocer ciertos rasgos de su personalidad, su onda, etc. De esta forma, puede comenzar a generar “algo”. 

Esta reflexión me hizo llegar a varias conclusiones. La primera es que a la mujer, el hombre no le gusta. El hombre como “ser” es algo que no le atrae. Lo que le atrae es “quién” es ese hombre. Incluso aunque digan que si ven algún actor, lo parten al medio, no dejan de ver un personaje en ese hombre. Por eso no se escuchan los mismos comentarios de modelos gráficos por ejemplo. (Aunque igual en pose y vestidos estarían dándose a conocer)

En cambio a los hombres nos gustan las mujeres. Una mujer atractiva es una mujer atractiva indistintamente si habla ruso y no le entiendo nada o habla español, si esta vestida o desnuda, simplemente le atrae lo que ve. Y para lo que tiene que ver con la sexualidad, le es más que suficiente.

La segunda explica la dificultad en atraerle a una mujer. Si aquello que le produce atracción tiene que ver con la identidad, es muy probable que se vaya modificando a lo largo del tiempo. Lo que le atraía a los 18, va a ser distinto que a los 25, y totalmente opuesto que a los 30. Además es mucho más difícil encontrar un tipo de hombre que sea atractivo para todas, etc. Las posibilidades son infinitas. 

La tercera es que al ser tan cambiante le permite al hombre jugársela, ya que capaz al principio puede que no le gustes, pero capaz en un tiempo sí. Al contrario como al hombre siempre le gusta lo mismo, defiende mi teoría de siempre: Al hombre sino le gustaste al principio, nunca le vas a gustar. NO ES CONQUISTABLE.

Creo que esta es una diferencia radical entre hombres y mujeres. Una diferencia a la vez peligrosa para la mujer. Muchas veces, ellas van a ver alguna característica en el hombre asumiendo “quien” es esta persona, para después capaz chocarse con una realidad totalmente distinta.

Lo ves bien vestido, prolijo y presumís que será serio y responsable. Lo ves grandote, lo imaginas protector, lo ves lindo, lo imaginas dulce, lo ves jugar con un chico y lo imaginas buen padre, etc. 

Creo que es nuestra necesidad de encontrar a nuestro ser amado la que nos juega en contra a la hora de encontrar algún que otro detalle y dejarnos llevar por nuestra mente.

¿No será esta entonces, una buena forma de explicar porque las mujeres se desilusionan más que los hombres? Mi consejo igual va para hombres y mujeres… tratemos de no ponerle identidad a ninguna primera impresión de nuestros sentidos.

martes, 3 de marzo de 2009

Estrategia de ventas

La estrategia de ventas es un consejo para hombres. Un consejo para conquistar una mujer difícil.

Dificultad: Toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano.

Obviamente existen muchas formas de abordar el mismo problema… esta es una de ellas.

¿Qué podemos hacer si un producto que queremos vender no resulta tentador a nuestros cliente? Una regla de comercialización dice, que podríamos entregar una muestra gratis.

Cuando el cliente no puede distinguir atracción alguna en los atributos visibles que presenta un producto, necesitamos convencerlo que lo pruebe. Que se saque la duda (si es que la tiene), o simplemente que se enganche a usarlo. De esta forma podemos generar hábito, que luego será más dificil de dejar.

Ahora, ¿cómo le damos una muestra gratis a una mujer de nosotros mismos? Encontrando una forma de relacionarnos con ella “masculinamente” (forma aprobada de ser hombre en una determinada sociedad) sin esperar nada a cambio. Una especie de amigo que revela intencionalidad, pero que acepta los límites. 

Es básicamente ayudarla, acompañarla, hacerla reír, escucharla, distraerla… simplemente ESTAR. Estar presente y, muy importante, de manera periódica. De esta forma no solo aseguramos el uso sino también frecuencia de uso.

Luego, cuando realmente estamos seguros que nuestro “cliente” está disfrutando del producto que le estamos regalando, llega el momento de ponerle el precio. Algo así como los narcos, primero te la doy gratis, te envicio y luego te las cobro.

Ponerle el precio a algo no es una tarea fácil. Todo va a depender de cuanto, nuestro interesado, está dispuesto a pagar. Esto se resume simplemente en comenzar a exigirle pequeños gestos a cambio de nuestra compañía. En realidad no es más que balancear la relación desigual que se generó en un principio, como resultado de existir un solo interesado de dos.

Igualmente, lo importante de este ejercicio es empezar a evidenciarle que aquello que en el algún momento no fue atractivo, hoy está cambiando. Que aquello que no era necesario, hoy es parte de sus días. Y lo mejor, que si eventualmente dejarás de estar, producirías tristeza.

A veces funciona, a veces no, lo importante es no dejarlo de intentar… que al final… es lo más divertido.

lunes, 2 de marzo de 2009

XIV - Hasta que la.... nos separe

Cuando se lo diga se acabó. Estoy seguro. No puedo seguir callando estas cosas. Va a ser difícil. No me voy a adelantar, igual. Hablar las cosas de frente no siempre significa terminar. ¿Dónde se habrá metido? 

- ¿Qué te vas a servir?
- Estoy esperando a alguien. Dame 10 minutos.

Aparecé de una vez, Sol. Tengo un nudo en el estómago hace días. No progreso en nada. Tengo mi mente puesta todo el día en vos. Y vos, ¡no estás!

- Hola. Perdoná la tardanza pero…
- No hay problema Sol. 
- ¿Qué pasa? ¿Me vas a decir de una vez para qué querías que nos juntemos acá?
-  Me siento solo.
- ¿Otra vez Marcos?
- Capaz me equivoqué yo y durante mucho tiempo te hice creer que soportaba esta forma de llevar adelante la relación. Pero no es verdad. Te siento ausente y no lo soporto. Ausente de mi vida y de mis cosas. Me duele mucho y ya no aguanto más. 
- ¿Qué me estás insinuando? No se qué decirte Marcos.
-  No estoy insinuando nada. Simplemente te transmito dónde estoy yo parado. Con las cartas sobre la mesa, capaz podemos tomar una mejor decisión para ambos.
- No se Marcos, no estoy pasando por un buen momento. Incluso estaba pensando en dejar el laburo un tiempo y hacer un viaje.
- ¿Qué? ¿Y cuándo me lo pensabas decir?
- Es una idea que me da vueltas desde hace unos días en la cabeza. Sos el primero a quien se lo digo. Pensar en eso es lo único que me hace sentir bien. 
- Un viaje… ¿adónde? ¿Cuándo?
- Inicialmente a París y después a recorrer. Sabés que siempre tuve la fantasía de hacar algo así. 
- No entiendo nada. Pero lo que si está claro es que lo único que nos une es un compromiso que elegimos hace un año y medio pero que ya perdió vigencia. Estoy destruído Sol. No lo puedo creer.
- …
- ¿Sabés que siento?
- Marcos, te estoy diciendo lo que me da vueltas en la cabeza, no tengo nada resuelto, son sólo pensamientos.
- Pensamientos que no tienen nada que ver con nosotros. Pensamientos que no ocurren de un día para el otro. Y en el medio de todo este proceso, solo te callaste la boca y me hiciste sentir que el que no entendía era yo. Que no te aceptaba por quién eras, que no tenía paciencia, que demandaba mucho. Todo giró en torno a mí, como si vos fueras la de siempre y el que cada vez quería mas era yo. Ahora me pregunto… ¿Quién sos? Yo conocí una mujer totalmente distinta a esta. Vos no eras así. Te fuiste cerrando a lo largo de todo este tiempo. Fuiste viviendo cosas que no compartiste, que te fueron cambiando. Y yo lo notaba y te lo remarcaba pero vos me ocultaste todo lo que anda pasando.
-  …
- Sol, te conozco. Cuando uno comparte tiempo al lado de una persona, sobre todo en una relación afectiva, comienza a memorizar, conciente o inconscientemente, caras, gestos, hábitos, formas. Y cuando algo cambia, uno se da cuenta. Si yo te digo que estás rara, significa que algo cambió. Lo más triste es que dejé de confiar en mí. Omití estas impresiones y me dije “tal vez tiene razón y estoy exagerando”. Que forro. Me siento un tarado. Sabía que algo había.
- Marcos no hay nada. Ni nadie… de verdad. No se qué más decirte.
- Sol, me chupa un huevo si es algo o alguien. Lo que sí me importa es que te perdí a vos. Eso es lo que me duele, ¿No entendés?
- No te pongas así please…

Necesito salir de acá. Me hizo cargar con su mochila todos estos meses y la realidad es que, cuando le apoyé algo de lo mío en sus hombros, no lo bancó. Soy un boludo. Era tan obvio. Como mierda pude haber dudado de mí. Darle todo a alguien que no tiene nada claro. Por forro me pasa esto, por querer hacerle bien a quién no te lo pidió.

- Sol tengo que salir de acá. No puedo abrazarte, estoy destrozado.
- Vamos a tu casa, dale.
- No. Se que lo que me espera es duro, pero este fue mi último momento sintiéndome así. No más. Basta de angustia. De ahora en más quiero ir levantándome de a poco. Quiero caminar hacia algún lado con rumbo. No tenés la culpa, es el precio que pagué por enamorarme. Lo tendré que aceptar. Mañana va a ser un día negro, pero seguro mucho más claro que el de hoy. Me voy. Ni siquiera llegamos a pedir algo. El mozo habrá visto nuestras caras y ni se acercó. 
- Me hacés reír de los nervios, please… no hagas bromas…
- ¡Cuidate mucho!
- Marcos, esperá…

domingo, 1 de marzo de 2009

Necesito un intérprete

Volví a ensayar… me contaron muchas cosas y viví otras cuantas así que vale la pena seguir compartiendo algunas reflexiones.

Ya todos saben que soy un gran apasionado de entender a las personas. Cada vez que me cuentan algo, no soy de quedarme callado y simplemente poner un oído, sino que pregunto y repregunto hasta que entiendo perfectamente lo que creo que me quieren trasmitir. 

Este no suele ser un ejercicio muy sencillo, ya que las personas (me incluyo) solemos contar las cosas ya interpretadas. De esta forma uno tiende (intencionalmente o no) a inhibir la posibilidad de hallar alguna otra explicación.

Las vivencias personales se pueden analizar en dos partes: Las acciones que la componen y los motivos por los que ocurren.

Las acciones son simplemente una serie de acontecimientos en un orden cronológico. Si escuchamos un partido de futbol por distintas radios, es muy posible que digan todas más o menos lo mismo. 

En cambio al explicar los motivos por los que ocurren, la objetividad se aleja aumentando la cuota de subjetividad en la narración.

Ahora bien, ¿en qué situaciones yo prefiero el relato del partido de futbol antes que la visión personal de alguien sobre lo ocurrido?

En mi caso, mi respuesta sería para todo aquello que tiene una influencia en mí. A la hora de conocer una mujer por ejemplo, hay veces que prefiero que me cuenten como fueron las cosas alejadas de cualquier tipo de apreciación personal.

INTERPRETACIÓN
- ¿Qué paso en tu última relación?
- Era un tarado, no estaba enganchada y lo deje.

HECHOS
- Pero contame ¿qué paso?
- Salimos un tiempo. Me gustaba, pero siempre estaba metido en sus cosas con horarios reducidos. Le plantee que no me hacía sentir bien, y me dijo que no podía darme más en este momento de su vida. Aguante hasta que no pude más y lo deje. 

En las primeras dos líneas pareciera que la relación no tuvo relevancia alguna, sin embargo en la “segundas” no hay dudas que estaba enganchada (va, no sé que interpretan ustedes).

Entonces, si realmente queres conocer bien a la otra persona, mi consejo es obvio: No dejes que te cuenten las cosas más importantes cerradas y con un moño, volve para atrás y por las dudas saca tus propias conclusiones. 

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