Hay un momento dónde todo aquello que parecía ser el mundo que deseábamos se desvanece. Es un instante donde se nos abren los ojos como si hubieran estado tapados desde el comienzo.
Lo primero que indica es el fin de una etapa. Para sentir esta sensación, algo debe haber terminado, dándole lugar a un momento de incertidumbre hasta encontrar un nuevo horizonte.
Además, este momento de lucidez, de maduración, siempre está antecedido por la conquista o el abandono. Puede ser porque alcanzamos un objetivo o porque no tenemos más fuerzas para seguir luchando.
Pero lo más importante tiene que ver con la revelación que surge al momento de caerte la ficha, ya que a veces puede ser muy positiva y otras muy negativa.
Si es positiva, si la sensación que te invade te hace sentir reconfortado, simplemente significa que aquello que buscabas, resulto ser exactamente lo que encontraste.
Sin embargo, si emocionalmente te derrumba, si ocurre una desilusión o si te sorprende disruptivamente para mejor, claramente tu percepción tiene una alta carga de idealización.
En la vida, todos comenzamos idealizando, pero a medida que pasa el tiempo, al ir variando, probando, experimentando, nos vamos dando cuenta que no todo es lo que parece.
Entonces si ya tenes unos buenos años, y aún seguís en una búsqueda frustrada, llena de sorpresas que difieren mucho de lo que esperabas… la única conclusión que se me ocurre, es que aún no has experimentado lo suficiente. En la medida que uno experimenta el mundo se va achicando.
Y ojo como se entiende esa palabra experimentar… Esta no tiene que ver con cuanto hemos hecho de algo, sino cuan variado.
En el conocimiento del arte culinario, no es lo mismo quien come mucho sin extenderse a más de diez platos distintos, que quien come poco pero ha probado todo tipo de sabores.
No hay dudas que al ver una comida exótica en la bandeja de un mozo, será el segundo quien afirme con mayor seguridad si le gustará o no, mientras que el primero solo podrá decir algo como: “¡Ojalá esté rico!”
6 comentarios:
me encanto!!!
muy buen ejemplo! totalmente cierto =)
Besos
Cuando uno idealiza un objeto es casi una certeza que la ficha caerá en algún momento haciendo sentir el revés a la percepción inicial y con ello por añadidura la sorpresa irrumpirá en tu vida.
En ese instante te invadirá lo que llamamos sentimiento de frustración, abandono o revelación negativa, pues habiendo exaltado al objeto de tu deseo, cargándolo en exceso de emociones sentirás la derrota...esto si es frecuentemente así, desvastará tu carácter y tus emociones haciendo que la búsqueda sea interminable para tí...
No es experimentar, "probar" de todo y conocer más y más "variado" o variar así el universo de tus deseos se achica y se generaliza...
Tampoco la experiencia está en el ojo que juzga si tus años te dieron o no tanta o más experiencias para elegir lo que es mejor...
No tiene que ver con cuán experimentado/ada eres, sino con cuánto disfrutas de ellas, solo y con el otro también...
No imaginé estar escribiendo ahora con o sin experiencia mi deseo me llevó a hacerlo y para que vos lo leyeras.
Disfruto de las experiencias y de todo lo que ellas traen o lo que con ellas viene dado..en esta vida todo es en definitiva aprendizaje, sea cual fuere el lado del que la ficha cae.
Me encantó el ensayo, ya que a partir de él aprendo con vos.
Un beso
Ah, sí sí... Hay que tener cuidado, che. Me asombra la capacidad que tenés para generar y desarrollar ideas. Besos!
Muy bueno!
Estoy de acuerdo, hay que experimentar, probar de todo y esperar que caiga la ficha para ver a donde estamos parados =)
Bs.
Ale, me gusto MUCHO, congrats.
Beso
No hay que coartar la vida con expectativas, es poner un criterio previo (inevitable no?) pero si miramos la vida con los ojos de nuestras expectativas (unicamente)... es muy probable que se nos achique nuestra vida... si dejamos que pase... la vamos a aprovechar mas, por que uno nunca sabe lo que puede pasar!... Ana
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