domingo, 4 de octubre de 2009

Ego Sum Qui Sum

Ajedrez

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

J.L.B.


Cuando Alejandro me propuso escribir en este blog una de las primeras cosas que me preguntó fue con que nombre quería firmar, lo primero que pensé fue que era un buena idea para pasar inadvertido si lo que escribía era una pavada. Parecía sencillo, pero pasé varios días hasta que pude decidirme. La cuestión pasaba por buscar un nombre que representara algo, tenía varias ideas, pero quería asegurarme de elegir la mejor opción. Tenía que poner en un nombre y un apellido lo que yo soy, o lo que querría ser. Es un buen ejercicio, uno no elige su nombre, pero si pudieran, que nombre se pondrían?

Todo esto nos lleva a preguntas muy interesantes: ¿Por qué eligieron ese nombre? Sin duda, para la mayoría de los casos la respuesta sería: Porque ese nombre representa lo que soy, mi esencia. Ok, y que es lo que sos? Quien sos realmente?

Nos miramos en el espejo y decimos: Ese soy yo. Pero luego nos ponemos a pensar y nos damos cuenta que cuando eramos chicos, eramos completamente distintos, pero igual eramos nosotros. Además, si me hiciera un crujía estética y me cambiara la cara totalmente al punto de ser irreconocible, seguiría siendo yo. Incluso si me hicieran un transplante de corazón y tuviera el corazón de otro, seguiría siendo yo. Es como cuando vemos una película en la que uno de los personajes se mete en el cuerpo de otro, a todos nos parece lógico porque tenemos la idea que nuestro Yo no tiene nada que ver con nuestro cuerpo físico.

Ahora, si no somos nuestro cuerpo ¿que somos? Tal vez somos un conjunto de gustos, conocimientos y recuerdos. Pensándolo bien, con esta definición tenemos el mismo problema que con la anterior, nuestros gustos y conocimientos cambian, nacen y mueren por decirlo de alguna manera, y nosotros seguimos siendo nosotros.

En nuestro cuerpo hay varios tipos de neuronas, neuronas sensoriales que toman la información del mundo exterior mediante los sentidos y la mandan a cerebro para que la interprete, neuronas motoras, las que le dicen a los músculos que hacer y las interneuornas. Por ejemplo si yo quiero mover el brazo las interneuronas van a hacer toda la parte del pensamiento y le dirán a las neuronas motoras como se tienen que mover. Esto demuestra que detrás de toda esta compleja mecánica de las neuronas hay algo que es inmaterial, un principio causativo que da la orden a las neuronas y ahí comienza el pensamiento y luego todo lo que sigue; ese es el verdadero Yo, el que da origen a los pensamientos, deseos, gustos, etc.

Descartes usando su famoso Método de la Duda empezó preguntándose a sí mismo de que cosas podía estar seguro. "Creo en Dios, pero para ser honesto, no puedo estar seguro que Dios existe. Creo que vivo en un país rico, pero tal vez he sido engañado y no es así. Creo que tengo una familia y amigos, pero incluso puedo haber sido engañado en eso y me han hecho creer que tuve experiencias que nunca sucedieron" Por su puesto, la versión moderna de esto es Matrix.

Descartes también pensó que pudo haber sido engañado sobre tener un cuerpo, de hecho hay gente con ciertos trastornos que piensa que su cuerpo es diferente a lo que realmente es. "¿Como se que no estoy loco? Los locos creen que no están locos, así que el hecho que no crea estar loco no significa que no lo este" Pero Descartes concluyó que hay una cosa de la cual no podía dudar, y esa cosas es: saber que estaba pensando. De ahí su famosa frase "Cogito ergo sum", "Pienso, por lo tanto existo". No se puede dudar de eso, hacerlo sería auto refutante.

Ese era para Descartes el principio, el acto de pensar, lo único de lo que no podemos dudar. Pero este tema de los principios es bastante complicado. Una clásica explicación sobre la existencias de Dios es la Teoría del movimiento, que la encontramos en el Fredo de Platón por ejemplo. La idea es que las cosas se mueven, entonces si A se mueve es porque B le comunicó el movimiento, a B le fue comunicado el movimiento por C y así sucesivamente. Por supuesto debe haber un origen a todo el movimiento y ese principio original se debe mover a si mismo y ser eterno, sino todo se detendría.

Por rustica que parezca esta explicación es lo mejor que tenemos. La teoría del Big Bang ni siquiera trata de explicar el comienzo porque hasta la fecha es imposible. En cambio lo que hace es empezar desde un punto arbitrario, el instante antes del big bang, y luego explicarnos como siguieron las cosas; pero nada dice sobre como se llegó a ese punto de infinita densidad, ni que había antes que eso. Consultar a la teología sobre el principio tampoco sirve de mucho. No porque no tenga una respuesta que darnos, sino porque ésta es incomprensible: "No hubo principio, las cosas, y por su puesto Dios, son eternos". Suena elegante, pero es imposible entender como algo puede no tener un principio.

Cuando dedicamos un poco de tiempo a pensar en estas cosas pasa algo muy interesante. Veamos, es imposible que algo no tenga comienzo, no nos entra en la cabeza, es absurdo. Pero cuando vamos a la idea contraria, es decir: todo tiene un principio; nos damos cuenta que es igualmente absurda. ¿Como puede ser que haya habido un principio? ¿Que había antes? ¿Nada? No puede haber aparecido todo de la nada, "ex nihilo nihil venit" (de la nada nada procede). No puede haber habido un tiempo en que no existiera nada y luego de golpe las cosas empezaran a existir. Pueden haber existido en otro estado, pero existían, no es el principio. Incluso si suponemos que existió la nada, ¿como empezó esa nada?

El hecho de pensar que las cosas no tienen un principio es tan ridículo como pensar que lo tienen. Sin duda este es el gran misterio y ni la ciencia ni la religión se hacen cargo de darnos una respuesta por ahora.

1 comentarios:

Marina dijo...

me gustó este texto. me pareció claro, como un pensamiento con conducción. beso para ariel (que qué querrá significar) y para ale!

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