domingo, 31 de agosto de 2008

Analyze this!

Hace algunos años, cuando vivía afuera, conviví con una psiquiatra. Una tía mía que tuvo la amabilidad de hospedarme mas de dos años. Eramos ella y yo, y muchas veces por las noches, nos sentábamos a dialogar de cualquier cosa.

Una vez, tratando de darme un consejo con respecto a alguna historia que yo estaría viviendo, me dijo una frase que jamás me voy a olvidar: "Las interpretaciones fuera de contexto, son tomadas como agresión". No recuerdo puntualmente el motivo por el que la uso, pero si recuerdo la explicación de lo que me quizo transmitir.

Es muy frecuente, sobretodo para mi (Ja!), tener discusiones con algunas personas. Todos somos distintos y dependiendo de los caracteres de cada uno, a veces se arman diálogos constructivos y otras veces simplemente se discute.

El problema ocurre cuando uno trata de interpretar al otro y a la vez se lo comunica. Por qué? Porque a nadie le gusta ser interpretado a menos que lo haya decidido antes. Nos choca terriblemente que nos describan porque creen que nos sentimos así o asa. Qué pasa entonces? tendemos a defendernos, ya que nos sentimos agredidos.

Como a veces nos cuesta reconocer porque nos sentimos mal, solemos reaccionar contra otras cosas para descargarnos. Esto evita atacar el problema, pero por otro lado nos apacigua la sensación. Esta claro que lo estamos evadiendo, es por esto que si alguien nos revela la realidad de lo que nos esta ocurriendo, no lo vamos a tomar de una buena manera.

Cuando la frase dice "fuera de contexto", hace referencia al contexto analítico. Cuando uno va al psicólogo por propia voluntad, lo primero que decidió previamente es justamente permitirle a otra persona que nos interprete. Por eso, obligar a alguien a hacer terapia no tiene sentido. Uno es el que tiene que reconocer que necesita ayuda, para que aquella pueda hacer algo por nosotros.

La mejor conclusión que puedo hacer, es dejar un consejo. Si vemos que alguien se enoja, o esta sufriendo por algún motivo en particular, pero nos comunica otra cosa, no nos precipitemos a tratar de explicarle... ya que probablemente esto termine generando un choque contra nosotros. Siempre la mejor forma de ayudar a alguien en esta situación, es a través del ejemplo, de evidenciarle otros mecanismos de ayuda representados en nosotros mismos.

Si me parece que hacer terapia le haría mejor, voy yo a terapia y le cuento lo bien que me esta haciendo ;)

viernes, 29 de agosto de 2008

"Happiness is only real when it's shared"

El blog es una buena forma de evidenciar quienes somos. Al ser una página totalmente personal, si uno sabe observar, podes descubrir las principales características que hacen a cada persona. Es una muy buena forma de conocer realmente a alguien.

Para mi, el conocer no tiene que ver con saber enumerar un montón de datos acerca de una persona. Saber como se llaman sus padres, dónde y qué estudio, etc., es información que se puede encontrar en cualquier lado.

Mucha gente cree, por ejemplo, que la cantidad de tiempo compartido es un factor determinante del grado de conocimiento de una persona. Si esto fuera cierto significa que si estamos hablando hace un par de horas, no te conozco nada, y si compartimos dos años juntos te conozco mucho.

En mi opinión, conocer una persona, significa poder mirarla, escucharla, captarla y saber que esta sintiendo. Muy poco tiene que ver con el tiempo transcurrido. Uno puede descubrir a alguien en un minuto, o pasar una vida a su lado y nunca llegar a tener idea.

Dicho todo esto, solo de leer mis ensayos, esta claro que algunas de las características que mas me representan son la sensibilidad, la percepción... Se ve en lo que escribo, se ve en lo que opino y se ve si me conoces. Pero si lees otros blogs, por ejemplo http://persecuciones.blogspot.com, se darán cuenta que el perfil es totalmente distinto.

Conclusión: Creo que conocer a alguien a través de su blog es una de las formas conocerla REALMENTE.

Ahora sí... comparto el tema de una película que me gusto muchísimo y que recomiendo a quienes en cierta forma se sientan identificados conmigo.

jueves, 21 de agosto de 2008

Aversión al Riesgo

Por qué algunas personas arriesgan mas que otras? Realmente será que algunos no sienten tanto miedo como otros? Puede ser que en algunos casos este sea el motivo, pero no creo que sea el principal factor de decisión frente a una situación de riesgo.

Para mi, pasa por la asignación de valores de cada uno. No a todos nos pesan las mismas cosas de la misma manera. Supongamos que estamos jugando al Poker... mas allá de ser un juego de estrategia, la personalidad de cada individuo pesa mucho en el estilo de juego que presenta.

El Poker es mas un juego de apuestas que uno de cartas. Es por esta razón, que resulta vital para el buen desarrollo de la actividad, que a todos los participantes les importe aquello que están apostando en cada mano.

Si tuvieron oportunidad de participar de una mesa de Poker, sobretodo en una mesa de aficionados, se van a dar cuenta que hay jugadores que arriesgan mucho mas que otros. En el otro extremo, hay otros que solo apuestan cuando tienen un juego "demasiado" ganador.

En mi caso en particular, sentarme dos horas a jugar e irme exactamente con el mismo dinero que llegue, no tiene sentido. No me atrae, prefiero arriesgar y perder en pro de generar una posibilidad de ganar. Sin embargo, no todos piensan lo mismo, hay algunos que prefieren simplemente no perder, y es por eso que en la mayoría de los casos se impiden ganar también.

Ese es el factor de decisión: Cuanto vale para cada uno, quedarse como está, frente a la posibilidad de generar un cambio. No tiene que ver con el miedo, tiene que ver con la conformidad que tenemos frente a lo que poseemos. Si me encuentro bien, o si lo que tengo me es suficiente, es mucho mas probable que tienda a arriesgar menos que una persona que no esta tan conforme con lo que posee. Porque la realidad es que una persona que no esta conforme, no está arriesgando nada. No existe un "riesgo" de pérdida real sobre algo que no tiene valor para mi.

No estoy tan seguro que existan valientes o temerosos... simplemente creo que hay personas mas conformes que otras.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Tener EL Control

Seremos conscientes a la hora de abrirnos con una persona de todo lo que ponemos en juego? Yo creo que no.

Indistintamente de si vivimos desilusiones en nuestro pasado o no, creo que una vez que uno se siente bien, se olvida un poco de lo mal que estuvo, o mejor dicho, de lo que mal que uno se puede sentir cuando las cosas van mal.

Creo que esto es, en cierta forma, una virtud, ya que sino, el temor a volver a sufrir, nos dejaría fuera de juego en la primer desilusión. A diferencia de otras lecciones de la vida, en esta el pasado no nos limita a volver a intentarlo. Tomamos conciencia de que hay riesgos, pero también nos damos cuenta que sino nos abrimos, no volveremos a sentir la mas linda de todas las sensaciones humanas.

Hacia donde voy con todo esto? Creo que lo único que uno debería ser consciente a la hora de abrirse con una persona, es que justamente lo que estamos delegando o compartiendo es NUESTRO PROPIO CONTROL.

No me refiero al control de nuestros actos, sino al control de nuestro estado anímico. Creo que si realmente entendiéramos lo que ponemos en juego, aceptaríamos un poco mas el desarrollo, sobretodo cuando este no nos beneficia como lo esperábamos. A nadie le gusta sufrir, pero uno tiene que entender que no podes NO sufrir si estas enamorado. Obviamente se da en distintos grados, pero nunca deja de ocurrir.

Por qué? Porque cuando uno se enamora, uno controla el 50% de las cosas (aquellas que tienen que ver conmigo) pero depende del 100% de las mismas (las que tienen que ver conmigo y con ella).

Realmente tenemos esto presente antes de empezar? Yo creo que si fuera así, no deberíamos enojarnos con el otro cuando las cosas no se dan de cierta manera. No hay culpables cuando alguna de las dos personas deja de ser feliz, ya que ambos estamos en una relación por ELECCIÓN. El problema es que duele, y es un riesgo que no consideramos antes de empezar.

Hace un tiempo ya, que vengo leyendo distintas historias de montañistas que hicieron el ascenso al Everest. En general, los ascensos se programan para Mayo, ya que es la época del año, donde las condiciones climatológicas son mas favorables. La tasa de muerte en la montaña es de 7 a 1. De cada 7 personas que llegan a la cima y bajan sanas y salvas, una muere en el intento.

No solo podes perder la vida, sino también podes sufrir algunas enfermedades y/o congelamiento de tus extremidades. Tengan en cuenta que se viven temperaturas de 20 a 30 grados bajo cero y vientos de más de 120km/h

En la temporada de 1996, hubo un muy conocido desastre que le costo la vida a muchas personas y otras sufrieron grandes complicaciones. Los grupos pudieron llegar a la cima, tal vez un poco retrasados, pero casi todos pudieron sacarse sus fotos a 8.800 metros de altura. Una vez superados los 8.000 metros, existen varios riesgos para los seres humanos, es por eso que solamente pueden estar por encima de esa altura por un tiempo determinado, y en la mayoría de los casos, con la ayuda de suplementos de oxígeno.

Al descender los encontró una tormenta antes de llegar al Campamento 4, a unos 8.000 metros de altura. Este es el último punto donde dejan armadas las carpas, antes de intentar hacer cima. La tormenta generó desorientación, temperaturas extremas, etc.

Uno de los sobrevivientes, Makalu Gau, quien se entrenó durante un año, perdió los dedos de sus manos, los pies y parte de su nariz. Cuando uno sufre congelación, los tejidos no se regeneran, es por esto que solamente hay que esperar a que se caiga la zona afectada o simplemente amputar.
Al final de una entrevista que le hicieron dice:
- Si hubiera sabido cual era el costo de escalar el Everest, que iba a perder mis dedos, mi nariz y mis pies, no lo hubiera hecho.
- Me prepare tan bien para este ascenso. Estaba física y mentalmente listo.
- Sin embargo, algo inesperado siempre ocurre. Cosas que uno no puede anticipar.
- Ahora acepto el precio.

Estas consecuencias son bien conocidas por todos los montañistas que deciden escalar el Everest... sin embargo, cuántos de nosotros consideramos lo peor que nos puede ocurrir antes de empezar?...

martes, 19 de agosto de 2008

La seducción en las relaciones humanas

Seducir es un arte constitutivo de toda relación. De eso no caben dudas. Y es una de las cosas más interesantes de las relaciones humanas. Hay personas a las que no les cuesta nada hacerlo, hay mujeres y hombres tan seductores que les basta con una mirada, una palabra, para abrir la puerta a las oportunidades. Hay otros a los que les cuesta un poco más seducir pero, sin embargo, no se rinden en el intento.

Me veo en la obligación de distinguir dos momentos que, en un principio, me resultan irreconciliables formas de seducción. Por un lado, el flirteo en una relación que recién comienza o está por comenzar. Es decir, todo lo que envuelve una situación nueva, novedosa en que dos personas comienzan a conocerse. Por otro lado, la seducción en una relación ya más larga. Estas dos seducciones están separadas por una distancia que puede resultar molesta. Con esto quiero decir que todo lo que implica (en materia de seducción) conocer a alguien tiene un gustito muy especial que no tienen las relaciones ya con un tiempo encima. Pero, a la inversa, estas últimas disfrutan de ciertas formas que adquiere la seducción que pueden resultar aun mucho más agradables que aquellas un tanto superficial de las relaciones nuevas.

La pregunta que se impone es: ¿Cómo hacer para reconciliar estas dos instancias (si esto es posible de alguna manera)?. Podría aventurar una primera hipótesis de resolución de esta cuestión. Definitivamente todo lo que tiene un carácter novedoso tiene ciertas características o cualidades que le son exclusivamente intrínsecas. Ahora, eso no quita que si uno se lo propone pueda extender algunas de estas cualidades en el tiempo. La manera de hacer esto sería generar una especie de situación en la que la relación viva el momento presente.

Quiero decir con esto, que la relación debe asentarse en un pacto que debe renovarse día tras días o, lo que sería aun mejor, momento tras momento. Esto significa que uno siempre, día tras día, minuto tras minuto, tiene que procurar gustar al otro, no dejarse estar. Este aburguesamiento es una tendencia que puede percibirse en muchas de las relaciones largoplacistas. Y esto es culpa de que el pacto que se establece en ellas es uno que focaliza su interés en un futuro (cercano o lejano, lo mismo da) que en definitiva nunca alcanzamos.

Un pacto de este tipo descuida inevitablemente el presente en pos de una meta que carece de sentido inmediato. Lo que está por delante de nosotros siempre lo estará. En cambio lo que está hoy es lo que importa y lo que debemos procurar reproducir.

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