viernes, 28 de agosto de 2009

Consentidos (de amor)

Consentido: Mimado en exceso.

Así como encontramos ricos y pobres económicamente hablando, también existen personas que “acumulan” muchos pretendientes dejando (sin intención) muy pocos para otras u otros.

Sin hacer referencia al amor proveniente de padres y amigos, aunque también influye, el foco de este ensayo es hacia aquellos que siempre disfrutan de un exceso de oportunidades. Esto puede ocurrir de nacimiento, o puede ser algo que se vaya desarrollando con el tiempo.

En la vida de hoy, el principal atributo que define la distribución de la “riqueza” es la belleza estética.

Estética: Es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza

Belleza: Es un concepto / cualidad abstracta y subjetiva presente en la mente de los seres humanos que produce un placer intenso, y proviene de manifestaciones sensoriales o ideales. Propiedad de las cosas que nos hace amarlas y provoca deleite.

Se que al ser una apreciación subjetiva lo que para unos es bello para otros puede no serlo, sin embargo hay formas y características que agrupan estas subjetividades. Por ejemplo, el modelaje tiende a segmentar personas que presentan cualidades en común.

La belleza estética no es solo determinante en el amor, sino también a la hora de conseguir un trabajo, de convertirte en un artista célebre, etc. Ojo, esto no quiere decir que haya grandes talentos que no respondan a los patrones físicos más agradables, sin embargo, la oportunidad para destacarse implicará mayor esfuerzo.

En el hombre puede que se desarrollen otros atributos que le permitan “empujar” sus capacidades de atraer. Estos pueden ser el poder, la riqueza, la "onda", ser músico, etc. Algunos más, otros menos, pero suelen ayudar bastante. En cambio en la mujer, la vida es algo más injusta… pero igual, esto lo analizaremos en otro momento.

Sin entrar mucho más en este tema, mi intención es explicar los efectos consecuentes en una persona que tiene exceso de oportunidades para elegir un compañero /a.

Voy a enfocarme solamente a quienes siempre fueron atractivos, o sea de nacimiento. En este caso los efectos son muy similares a los que ocurren con los chicos cuando nacen en un contexto de abundancia económica.

Si siempre me trajeron la comida servida a la mesa…

1- Nunca voy a entender el esfuerzo que implica comprar todos los ingredientes y cocinarla.
2- Nunca voy a saber que me gustaría comer si nadie hubiera comprado ni cocinado nada.

Tener entendimiento de estas dos cuestiones amplía el disernimiento de nuestro pretendiente por un lado, y el conocimiento de nosotros mismos por el otro.

¿Por qué? En primer lugar, entender lo que una persona se ha esforzado por conquistarnos es información vital que nos permite medir el concreto interés que tiene. Esto añade muchísimo valor al amor que (creo) todos pretendemos.

En segundo lugar, existe la posibilidad que de las cincuenta opciones que tenga un menú no deseemos ninguna. Quizá simplemente, queremos estar en un restaurant totalmente distinto, con comidas que poco tienen que ver con aquellas que se nos presentan con demasiada facilidad.

Sino tenemos claro lo que realmente queremos, mas allá de las oportunidades que se nos presentan, corremos el riesgo de vivir una vida muy chata en lo que a las emociones concierne.

Es por eso, que ser una persona consentida sufre una amenaza sino lo sabe manejar con cuidado. Puede que termine excluida, privada a su “teórico exceso” de posibilidades o, simplemente, que nunca sepa distinguir la buena comida de la mala (solo en relación a nuestros propios gustos).

sábado, 22 de agosto de 2009

XXXIV - Mount Everest

Tendré que decidirlo camino al aeropuerto. No tengo alternativa. Los vuelos son casi a la misma hora. Qatar. Madrid. Madrid. Qatar. Elegir es difícil, por lo que dejamos de lado.

Todo el equipo que llevo, todas mis cosas, todas mis ilusiones. De sólo pensar en la posibilidad de abandonar este viaje que tanto ansié, este sueño que tengo hace años, muero un poco. De nostalgia. Es una idea que me viene acompañando hace mucho, que me inspira, que me mantiene despierto y dejarlo ahora... es doloroso. No quiero.

Al principio ni me permitía pensar en hacer algo así. Para no hacerme expectativas. Para no desilusionarme. Y ahora, acá estoy. En la puerta de un viaje a Katmandú. Una aventura de 50 mil dólares por la que te privaste de muchas cosas, a punto de comenzar. Puse todas mis energías en organizar un viaje que parecía imposible: las juntadas con todos los compañeros, el entrenamiento para estar en las mejores condiciones, los 200 km de trekking hasta la base, la energía puesta en justificar mis deseos. ¿Por qué habrá que justificar el deseo de hacer algo así? ¿Sólo porque va en contra de los planes ordinarios?

¿Cómo hago ahora para abandonarlo todo? Si soñé con ascender a esta montaña desde que soy un chico. Una montaña. Parece una boludez. Pero es mi boludez. Con lo importante que es tener, al menos, una boludez que nos quite el sueño y nos movilice. Llegado un punto, ya da lo mismo llegar o no a la cima. Sólo importa estar ahí. Intentarlo. Se que hay riesgos. Y no quiero resultar un egoísta. Voy a cuidarme. Pero por eso elegí un momento en el que estaba solo para hacerlo. Por eso también fui sincero y acepté perder. Acepté que alguien quiera irse de mi vida. Por eso no vendí fantasías que no iba a poder cumplir. Mi objetivo era éste. Habrá algun momento en mi vida en que el amor y la familia sean protagonistas. Pero ahora es momento de cerrar esto.

¿Qué injusta es la vida a veces? O te da todo junto o no te da nada. Y si no tenés tus prioridades bien definidas, corrés el riesgo de equivocarte feo y no poder remediarlo. Se que tengo que viajar, se que Sol tiene que esperarme. Esto soy yo. Si dejara el viaje de lado, todo lo que le mostré de mí, todo lo que la enamoró sería solo una línea de levante. Si se enamoró de mi pasión, si se enamoró de mi búsqueda, sabrá apoyarme en ésta. En definitiva, ¿cuánto le estoy pidiendo? ¿Dos meses? Ella sabe lo que significan para mí. Yo lo haría por ella. Yo la esperaría. No hay amor más generoso que el que se sabe al mismo tiempo libre y singular.

Ya está. Me voy. Vuelo Qatar. Voy a alcanzar lo que me propuse. Y después volveré por ella. Aunque se enoje, aunque hoy no pueda comprenderlo. Le voy a mandar algo desde el aeropuerto para explicarle...

miércoles, 12 de agosto de 2009

XXXIII - Todo o Nada

Llamame Sol. Dale. Tal vez es demasiado tarde pero no me resgino a perderte. Buscame. Sabés que no quiero dejar de lado el viaje pero no me la hagas fácil, no me simplifiques la decisión.

Y vos Cris, no seas cobarde. No flotes en el agua como un cagón, a la deriva, esperando que la vida tome las decisiones por vos. Pensá un segundo hacia dónde querés ir. Y si resulta que es contra la corriente, no te rindas, no le regales tu decisión a nadie. Tenés que aclarar lo que querés. Si no, no vas a saber aceptar lo que perdés.

Sol, vivo en un flash desde que te vi. Me enamoré de nuestra historia, de nuesto comienzo bizarro. Busco esto todo el tiempo. Odio lo común, lo ordinario, me aburro fácil. Pensé que era imposible, que no te iba a conquistar. Te enaltecí. Te idealicé. ¿Cómo me va a dar bola a mí una de esas mujeres que viven de novias, que nunca están solas, que las conquista el pibe carilindo del primer verano terminado el colegio y le pegan con él seis años de corrido o no paran hasta el altar? Una chica que si acaso no sobrevive a las crisis de una relación longeva, pasa dos semanas soltera hasta que aparece un nuevo príncipe que no la libera más. Yo pensaba que para que una mujer así te acompañe, hay que estar en el momento justo, y eso es tan difícil que probablemente se te pasa la vida esperando. Ninguna mujer hermosa y sana está sola. Sólo las problemáticas permanecen años en historias llenas de tristeza. Pero vos resultaste ser de otra manera, Sol, más allá de las apariencias y mis fantasías.

La suerte estuvo de mi lado. El azar me la cruzó en sus meses de crisis, cuando todo está para atrás, cuando es momento de cambio, de reconversión. Tuve suerte. Actué rápido y la aproveché. ¿Cómo conquistar una mujer en ese estado? Las princesas aman lo espontáneo. Odian que planifiquemos todo. Que las cosas sean tan pensadas. Si me ponía a buscar el Manual del Levante, no hubiera durado dos minutos. Ellas sólo quieren que los astros se pongan en línea, y que la metafísica nos una. Son jodidas. Si supieran los mambos cerebrales que atravesamos para hacernos notar. Para mostrar interés pero que no sea tan obvio.

Por suerte me queda la sensación de no haber hecho boludeces. Fui yo mismo. Me mostré tal cual soy. Con lo bueno y lo malo. Traté de hacer todo bien. Le dije que me gustaba y tema cerrado. Dejé a un lado la doble intención. Dije que sí y dije que no. Traté de ser justo, transparente. Basta de festejarles todo, o de vender, obligado, un circo de colores. ¡Qué desgaste! ¡Qué boludos somos los hombres a veces! O no. No se. Lo que sí se, es que esta vez funcionó la antiregla. Lo fácil, lo verdadero, lo que debe ser. Sin esfuerzo, sin destiempos. Y las horas compartidas hicieron el resto. Se enamoró. Y yo también. Increíble. Mejor imposible.

Ya es tarde. Tendría que ir saliendo.

domingo, 9 de agosto de 2009

Nunca sentí a nadie tan adentro

“La mujer cada día se calienta más y más del hombre que ama, mientras que el hombre se enamora cada día más y más de la mujer que lo calienta”

Esta frase la he repetido muchas veces. Me la dijeron hace muchos años y me pareció genial. Sin embargo, creo que recién ahora entiendo algunas cosas que, en el aquel momento, aún estaban claras.

“Dicen… “ que las mujeres tienen asociado el amor a la sexualidad. O capaz al revés, que el hombre puede separar el amor del sexo. ¿Pero qué significa realmente esto?

Para que las mujeres lo puedan entender mejor, un hombre durante un acto sexual puede estar igualmente involucrado que una mujer cuando recibe un masaje de un tercero. O sea, nada.

¿Y por qué un masaje? Porque es un placer físico, provisto por un tercero, donde me puedo permitir disfrutarlo, sin necesidad de conocer a quien me lo provee. Es más si quisiera hilar mas fino, podríamos hasta omitir el género.

Igualmente no quiero minimizar tanto la sexualidad, ya que requiere de atracción y muchas otras cosas, pero tampoco quiero complejizarlo tanto.

En cambio en la mujer, la sexualidad es algo más complejo que probablemente nunca logre entender completamente. Igualmente con el tiempo, algunas cosas he aprendido a percibir mejor. Por ejemplo, esta claro el papel que juega su mente en este contexto, o las “n” variables para obtener placer que tienen dada su composición física, lo determinante que puede llegar ser en el futuro su primera experiencia sexual, la comodidad que sientan con respecto a su cuerpo, etc.

Pero hay una variable que me llama mucho la atención, que aún no logro entender bien por qué. Mi teoría alega que la intensidad de la relación sexual con una mujer, impacta proporcionalmente en el amor que puede llegar a sentir.

Esto en criollo significa que hacer las cosas MUY bien con una mujer en la cama puede provocar que te ame LOCAMENTE. ¡Ojo! , también puede significar que si realmente no logras provocarle el éxtasis, viva soñando con su “gran” ex eternamente (o mientras este no se le acerque).

El título de este ensayo busca representar literalmente una de las formas a través de las cuales una mujer puede expresarte este amor tan incondicional. Sin embargo, si me abstraigo de lo literal, la metáfora representa la intensidad del placer.

El gozo, podríamos decir, que lo medimos tanto por picos de emociones que producen, como por la duración en los que se extienden. Ambos están íntimamente relacionados y dan como resultado a la calidad de la experiencia sexual. Un hombre que ofrece placeres que tiemblan las piernas y hacen cerrar los ojos hasta el llanto, y que además perduran en el tiempo una y otra vez, podrá ser el más hijo de puta, pero igual seguirá siendo amado.

Lamentablemente, otro hombre que no logre provocar esta locura, deberá ser muy pero muy bueno (en otros contextos) para retener a su amada. Por eso muchas veces suelo decir… “las mujeres aman a los malos y solo quieren mucho a los buenos”.

Entonces me pregunto… ¿por qué será que esto solo ocurre en la mujer y no en el hombre? La verdad me cuesta mucho teorizarlo. Puede tener que ver con su rol de receptora, dentro de su cuerpo, en el acto sexual, o también puede tener que ver con lo natural, entendiendo que aquel que mejor lo hace, más chances podría genera de dejarla embarazada (fín del sexualidad según la ley natural), y muchas otras que seguro provocarán un exceso de críticas.

Y algunas mujeres seguro me dirán que la penetración no es necesaria para el placer, y estoy totalmente de acuerdo en algunos casos. Sin embargo, “dicen” que una mujer bien preparada (haber hecho un buen uso del “pre”), suele aclamar, para alcanzar su nirvana, que llegues lo más adentro posible.

Por que al final, es verdad que a la mujer le cuesta mucho más desvestirse la primera vez que al hombre, sin embargo, una vez decidida, pierde absolutamente la cabeza.

(Estoy sin internet, en breve cuelgo una imagen)

lunes, 3 de agosto de 2009

XXXII - Después volver

Informamos a los señores pasajeros que el vuelo 6843 de Iberia con destino a Buenos Aires comenzará a abordar en 5 minutos.

Capaz debería sentirme una fracasada, pero creo que esta vez no es así. Continuar el viaje de esta manera no tiene sentido. Aguantarme sola algo como esto no tiene sentido. Quiero volver. No sé bien qué voy a hacer, pero quiero volver.

Capaz vuelva en dos semanas, capaz no vuelva nunca más, pero ya no me importa. Lo que necesitaba entender acaba de hacerse nítido. No voy a escaparle a nada ni a nadie porque todo es demasiado frágil. Tan, pero tan frágil, que no tiene sentido cuidarlo tanto si igual se va a romper el día que la vida quiera.

Te extraño, Cris. Creo que no voy a parar de repetirlo por un largo tiempo. Sinceramente no sé cómo le voy a dar una explicación a mi corazón para seguir adelante, sanamente. Intuyo que van a venir momentos duros, momentos de comparaciones, de nostalgia, de sentirme en el lugar equivocado. Pero ahora tengo este plan del que voy a agarrarme. Cuando llegue a Buenos Aires …

- Tarjeta de embarque, por favor.
- Acá está.
- Asiento 32A. Qué tenga un buen vuelo.
- Gracias.

Pensar que salí por esta manga hace dos días. Capaz el viaje que debía hacer era hacia Buenos Aires y no desde allá. El bolso lo tenía que desarmar en mi departamento y planificar como si recién llegara a vivir ahí. ¿Necesitaba viajar tantos kilómetros para hacer algo tan simple? ¿O necesitaba sufrir en serio para dejar de preocuparme por pavadas?

En unos días, cuando esté un poco mejor, voy a ir a ver a la familia de Cris. Aunque sea voy a ponerme en contacto con algún amigo. Quiero saber más acerca de él, de quien era. Quién fuiste, Cris. Siento que sino me van a quedar dando vueltas demasiadas preguntas, porque aún es parte de muchas cosas.

No más rupturas drásticas. No más arrancar personas de mi vida y reemplazarlas por otras. Quiero sumar. No quiero dejar de pensarlo, quiero soñarlo y sentir la nostalgia que me regaló. Tengo que hacer de esto un lindo recuerdo. Como deberían haber sido todos los demás.

Y aunque me quiebre más de una vez, o aunque no de más del dolor y todo esto que pienso se convierta en mera teoría, mi próxima lágrima será mientras sonrío y no más por tener pena de mi misma. Este es mi contrato. Conmigo.

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