jueves, 10 de junio de 2010

Capítulo X: Inversamente proporcionales

- Te noto colgada. Me parece que aún no aterrizaste.
- Es verdad, perdoname. ¿Qué me decías?
- ¿Por qué no me contás cómo te fue?
- Después te contaré, lo que pasa es que aún tengo el sueño cambiado y no estuve descansando bien estos días.

- El sueño baja las defensas y si aún no estás del todo metida en tu rol de analista, ¡es un día para atacarte! Dejá de ocultar la sonrisa…
- Me hacés reír. Muy bien Doc. ¿Quiere tomar mi sillón también? Mirá que estoy sin filtros Ale.
- ¡Mejor! Un rechazo directo sería mucho más interesante que otro zarandeo de cintura cortés y evasivo.
- Siempre expectante de sensaciones intensas y movilizadoras… Bueno, ¿empezamos?
- En realidad tengo algo interesante para contarte. Una teoría que aún no puedo terminar de cerrar solo. La retengo esperando cruzar un par de ideas con vos.
- ¿Teoría? A ver…. explicame.
- Para simplificártelo en una línea la idea sería más o menos así: “El enamoramiento es inversamente proporcional a las similitudes que existen entre dos personas”. O sea que, cuanto más parecidos somos, menos nos gustamos.
- Las diferencias atraen, ¿no dicen?
- Sí, pero cuando uno exclama lo que busca, en general solemos manifestar puntos en común. Las diferencias las encontramos casi por casualidad en la búsqueda de alguien como nosotros: “A los dos nos gusta el deporte, a los dos nos gusta la nieve, a los dos nos gusta pasar los fines de semana en familia, somos del mismo barrio, es profesional igual que yo, tiene una buena familia como yo, queremos y buscamos las mismas cosas”, etcétera, etcétera.
- ¿Entonces?
- Justamente, todas esas similitudes, según mi teoría, destruyen el poder de la atracción o enamoramiento entre dos personas.
- Me parece que estás equivocado. En realidad la elección de objeto de amor es diverso de acuerdo a la personalidad de cada uno, hay quienes basan su elección a la manera de uno y quienes buscan el complemento, la diferencia, no necesariamente el opuesto, pero sí lo diverso. En este lado te ubicás vos, pero es una teoría que aplica a un grupo de personalidades, no a todos. ¿Realmente crees que encontrar vínculos de pertenencia nunca atrae?
- Sí atrae, pero de una manera más asexuada. Y aquí continúa mi teoría: “A mayor similitud entre dos personas, mayores son las ganas de ser amigos, de compartir casi todo menos una cama”.
- Ya veo por dónde vas…
- Las relaciones más intensas siempre están llenas de caos. Son tantas las diferencias que no duran, pero a la vez, enloquecen. Y en el otro extremo están las relaciones perfectas, esa compañera ideal que tiene todo igual a mí, pero que no me mueve un pelo y nunca me lo va a mover. Algunos, de más grandes, ceden ante esa persona fiel y constante, forman una linda familia llena de armonía y longevidad, pero carente de pasión y locura. Son relaciones seis puntos, que sirven para perdurar.
- Ok, veamos las dos series que formulas:
1. Diferencia=Intensidad=caos=locura= fugacidad=pasión
2. Igualdad=Armonía=constancia=tiempo=sin pasión
Esto lo planteás de manera rígida, ¿por qué no pensar que una relación longeva sea caótica y pasional, o que una relación fugaz devenga en constante armonía? ¡Las relaciones tienen múltiples combinaciones, Ale! Qué triste que veas de esa forma unívoca a las parejas largas…
- Sin ánimo de poner un juicio de valor, estás asumiendo que la falta de pasión es, de alguna manera, negativo y yo estoy siendo meramente descriptivo. Son ecuaciones personales donde resignamos algunas cosas en pro de otras. ¿A qué voy con esto? Las diferencias extremas excitan pero duran poco, las parejas tipo “mejores amigos” duran toda la vida. La cagada es que no salen del misionero, con suerte, la comida, el DVD y a dormir. Cada uno elige qué prefiere, pero lo que sí es seguro es que no podés tener ambas…
- ¿Y no hay otra opción?
- Sí la hay… creo. Sería un poco así: Las personas “apuestan” en el amor muy parecido a cómo apuestan al Blackjack en el casino.
- ¿Cómo es eso?
- En el Blackjack vos vas pidiendo cartas con la intención de sumar 21 puntos. Si te pasás, perdés. Tu oponente es la banca, el casino. La diferencia es que la banca tiene un solo criterio para jugar. A partir de 17 puntos deja de pedir cartas, mientras la suma quede por debajo seguirá pidiendo. Entonces, la virtud del juego está en saber cuándo dejar de pedir cartas. Cuanto más te aproximas al 21, más riesgo corres de pasarte y quedar afuera. Bueno creo que la vida se trata un poco de eso, de cuándo dejar de pedir cartas. Cuándo dejar de arriesgar en pro de buscar el máximo beneficio. Creo que llega un momento en la vida, cuando el que no alcanzó el “21” comienza a resignar más abajo. El tiempo desgasta sin conquistas. Y cuando hablo de resignar, hablo de todos los aspectos de la vida que nos aportan mayor felicidad. Entre ellos el enamoramiento pleno.
- ¿Y vale la pena perder casi todas las manos sólo por esperar un 21? Si lo ponés en términos de tiempo, es probable que en una noche te toque una sola mano como esa o ninguna. Capaz otra conducta, te permita llevar un juego más “interactivo” dónde ganes algunas manos y pierdas otras. Entiendo que tener convicción en lo que hacés es la única manera de seguir haciéndolo. Simplemente me interesa saber si sos consciente de que lo que embargás todos los días buscando tu “ser ideal” es tu tiempo. Tiempo que, mientras no encuentres lo que busques, padecerás solo.
- Tenés razón. Al final, paso mucho o demasiado tiempo solo. Y millones de veces me pregunto si vale la pena seguir relegando compartir mi vida con alguien por continuar de guardia.
- ¿Y?
- Y creo que la solución tiene que ver con reconfigurar quién es este ser ideal en mi vida.
- ¿En qué sentido?
- Entender que si quiero pasión deberé resignar ciertas cosas que en algún momento pensé que podían ocurrir todas en la misma persona.
- ¿Por ejemplo?
- Si sólo puedo morir de amor por alguien que siempre será muy pero muy distinto a mí (porque esta es la condición), deberé resignar el compartir muchos aspectos de mi vida que sí tienen que ver conmigo, solamente por sentir la mejor mirada a los ojos en la plenitud de las debilidades. Y para lo demás…
- …
- En definitiva, para todo o casi todo lo demás, estarán los amigos.
- ¿Y vos crees que podrías?
- Lo primero que pensé cuando se me ocurrió esto, es que si amaba a mi ex y me separé enamorado con la idea de que podría volver enamorarme de alguien más parecido a mí, me equivoqué rotundamente. Todo lo que no me bancaba de ella es lo que de alguna manera me enamora día a día.
- ¿Te enamora? Estás hablando en presente…lindo fallido…
- No es fallido, es real. Lo que tiene de bueno, interesante o atractivo una persona, no lo pierde. Sigue ejerciendo presión. A lo sumo, lo contrastamos con otras cosas y no elegimos el combo. Pero sigue y seguirá habiendo cosas increíbles y otras no tan interesantes. A menos que hayas formado una idea de alguien y después acabara resultando ser otra cosa. Pero no es mi caso.
- Está bien, está bien, no te defiendas, continua que era un chiste…
- Tus chistes o ironías son siempre palos en el subtítulo… Sigo. Lo que quiero decir es que si finalmente ella me cambiaba a mí o yo a ella hubiéramos atentado radicalmente contra el intenso enamoramiento que teníamos. El enamoramiento, como la atracción, está basado en el complemento. Yo gasto, ella ahorra. Yo celo, ella es celada, yo quiero salir, ella se quiere quedar, yo quiero perro, ella no quiere animales, yo soy feo, ella es linda, etcétera. La gente se separa por una falsa expectativa: la de que enamorarse es un placer. Y al contrario, estar enamorado es un padecimiento constante en el que dos personas totalmente distintas luchan entre ellas para que se forme un individuo más perfecto.
- Un poco y un poco. A ver, que hay confusión generalizada respecto de lo que debería ser el amor y lo que verdaderamente resulta ser, seguro, pero ¿por qué enamorarse y formar una pareja implicaría convertirse en uno, igualarse, amoldarse al otro? ¡El amor está lejos de eso! En la riqueza de la diferencia radica el amor, en el plus que genera el ser más que la suma de un conjunto heterogéneo, ¡pero siempre se trata de dos! Cuando intentan ser uno, perdieron.
Un gran error comienza cuando el ser diferente se convierte en una amenaza para el otro. ¡Estar enamorado no es un placer, pero tampoco un padecimiento! El amor es un esfuerzo por parte de ambos por nutrirse de la diferencia. Ojo que hablé de nutrición y no de consumo o alimento. Porque eso sucede con muchas parejas que inevitablemente ponen fecha de vencimiento al poco tiempo de iniciada la relación. El consumo es ese absorber del otro de modo tal que uno de los dos queda vacío. Se puede consumir tiempo, energía, espacios, etcétera. Distinta es la alimentación que se reduce a la absoluta necesidad biológica; pero en la nutrición se da un conjunto de cosas: no solo uno se nutre por una necesidad, sino que además el nutrirse sirve y construye, propicia el crecimiento sin consumir al otro, sin vaciarlo, sino que tiene el plus de la retroalimentación. ¿Entendés a lo que voy?
- Te entiendo, igual quisimos decir lo mismo. Cuando hablé de un individuo más completo, lo hacía desde una observación ajena, desde afuera. Siguen siendo ambos los que se nutren con sus diferencias. Al margen… muy romántica tu apreciación y a la vez, muy personal. ¡Me gustó!
- ¿Y cómo llegaste a esta conclusión?
- Reflexionando acerca de las mujeres que más me han gustado en mi vida, me di cuenta que eran las más distintas a mí. Con las que no tenía nada en común. Estoy exagerando un poco…
- ¿Qué te gustaba tanto?
- Tienen lo que yo no tengo. Virtudes que admiro y de las que, a la vez, carezco. En cambio, cuando encuentro mis virtudes en otra persona me atrae como amigo. El mejor ejemplo de esto son ustedes, las mujeres.
- ¿Por?
- Porque siempre tienen ese amigo perfecto con el que comparten todo y les cuentan todas sus confidencias. Con el que tienen todo en común pero no les calienta ni un poco. En general, les suele atraer ese forro que siempre las hace mierda. Hasta que un día se cansan de llorar, se casan con su amigo y el amor lo guardan en la memoria hasta que Facebook o el Messenger se encarguen de revivírtelo.
-Ahora estás planteando un cliché patético. Estás hablando despectivamente y sin fundamento.
Las mujeres solemos tener a ese amigo perfecto con el que compartimos todo, sí, y que no nos mueve un pelo, claro, porque si no, no sería nuestro “amigo perfecto”, pero casarnos con ese amigo y “guardar el amor en la memoria”, está muy lejos de lo que acontece. Más posible es que aparezca otro hombre que nos haga sufrir y nos arroje nuevamente al hombro de nuestro amigo incondicional mientras la gente cercana comenta “pero qué tonta, pensar que se llevarían tan bien estos dos, pero ella se empecina en buscar hombres que la hagan sufrir…” Si hay algo que una mujer no está dispuesta a resignar, es el amor…
- Otra vez… muy romántica. Me gusta esta Sol que opina un poco más desde lo personal. Veo que fue un buen viaje… muy inspirador.
- Ale, es la hora. Creo que le falta una conclusión a esto. Lo vemos la semana que viene. Si es que aún te sigue importando este tema. Con vos nunca se sabe.

6 comentarios:

Marina dijo...

Uf. Excelente ¡mal! Dos frases memorables: “Tus chistes o ironías son siempre palos en el subtítulo…”; “Solamente por sentir la mejor mirada a los ojos en la plenitud de las debilidades”.

Respecto de todo este caos necesario e irremplazable por ningún otro caos posible –ni las drogas, ni el rock, ni las fiestas ni el trabajo, ni tirarse de un muelle de cabeza al medio del mar plateado-, creo que como en muchos planos, el mundo está dividido en dos (con sus grises, obvio, pero dos tendencias al fin). Hay quienes eligen esa tranquilidad que da una pareja más estable a la que nunca, ni en el primer encuentro, se le retuerce ni un toque la panza, pero que va, viven, la hacen completa y no paran hasta la casa y los perros. Y que seguramente –cada día me convenzo más- tienen una estabilidad de felicidad mayor (que es directamente proporcional a un estado de pregunta menor) y que antes sí, pero ya no los subestimo.

Y están los otros que, igual que viven su vida medio al límite en todos los aspectos, también buscan la partida de cabeza y que una vez que la vivieron: zas: cadena perpetua. Porque después, la diferencia se nota. Se nota en un segundo y es irremontable. Entonces, lo que queda es seguir en la búsqueda y bancarse el paso de la edad, la caída de culo en nuestro caso femenino, el tilde social, el reinventar atractivos. O un día bajarse, lo cual supongo que tampoco está mal. Cada uno banca lo que banca, y lo que te da la vida es el reconocimiento de esa banca nacionale del laboro!

En fin. Diría mil cosas, porque el argumento está mucho más desarrollado, pero esto es un blog. Ah, y de lo casarse con el amigo es un cliché que – ante esas personalidades- aparece como la más trucha de todas las bajadas posibles, como el: ma´sí, ahora me echo a dormir posta hasta que me lleve la parca, engordo ochenta kilos, y que me laven hasta los platos.

Besos!

cd dijo...

Yo siempre caigo en la misma....ya me canso de mi misma incluso pero: hay grises, todo tiene termino medio.
Yo no me como mucho esa de "seamos super intensos y hagamonos sufrir cada tanto asi no nos aburrimos", Digo..a veces lo que amamos no es al otro sino la adrenalina que nos genera y nada mas. No construye. Y yo no creo en las relaciones basadas en adrenalina, porque a la larga, o no tan larga, la chispa se hace fuego y uno de los dos termina queriendo la casa , el auto y los perros y queriendo cambiar en el otro todo aquello que nos enamoro. Porque?: supervivencia. Porque hasta aquellos que más al limite les gusta andar usan un arnés.
La seguridad y la estabilidad poco tienen que ver con conceptos como aburrimiento, falta de pasion, resignacion, etc. Da lo mismo si son parecidos o son diferentes, lo interesante es encontrar el punto que los une, y lo ideal seria que ese punto sea un amor menos egoista.

Cynthia dijo...

No se puede encasillar la relatividad del amor. No puedes imponer una teoría sobre lo que es indomable. No intentes descifrar en tu insaciable búsqueda lo que no se puede convertir en regla o ecuación matemática.

Entiendo tu punto de vista. Las diferencias son atractivas para un curioso carente de atributos distintos a los propios, por lo tanto a menudo se vuelven muy pasionales porque despiertan la excitación de dejarte perplejo. Las similitudes laten para ser compartidas entre quienes las poseen, se convierten en rutinas de empatía, de cariño por el simple hecho de ser comprendidas.

No existe el parecido perfecto, ni el distinto perfecto. Existe la similitud incorrecta y la diferencia incorrecta. Lo que debe sobrevivir es la amalgama equilibrada e imperfecta. Pero no viene gratis, cuesta Ale. Te costará paciencia, abnegación, aceptación, desprendimiento, y retribución.

Estás buscando una mujer que se adecue a tu prototipo exacto, el cual no te hace trabajar más de lo necesario, una mujer que no te demande más de lo que estás dispuesto a ceder. Irónico parece ser que en vez de ella, eres tu quien pide demasiado, porque exiges emancipación absoluta. Si, es verdad, las parejas deben ser dos personas autónomas e individuales, pero también debe haber un punto de encuentro, una similitud de arraigo, de compromiso voluntario. A mi parecer eres tú tu propio enemigo. No relegues compartir tu vida con cara o con sello, ni trates de encajar una mujer en tu patrón de vida. Reconsidera la rigidez de tus propios límites, porque el único que se perjudica con ellos, sos vos querido Ale. .

Cuando veas en la mirada de ella y encuentres la debilidad en tus talones, no será porque es muy parecida a ti, y tampoco porque es muy distinta.

“El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.”
Jacinto Benavente (1866-1954) Dramaturgo español.

Anónimo dijo...

Y que si ya encontrè mi 21 pero ella està en otra?
Sol es tu blackjack?
J

Anónimo dijo...

el 21 es efimero.... y como todo lo que creemos ideal cuando lo encontramos deja de serlo... y caemos en un circulo vicioso tratando de encontrarlo...lo encontramos y se "deshace" lo volvemos a encontrar y se vuelve a "deshacer"
Para mi seria divino encontrarlo, pero es una perdida de tiempo buscarlo...prefiero estar estable con un 19 que soñar con un 21 que nunca va a llegar...(si suena conformista pero no es tan malo conformarse a veces)
Ademas... quien dice que estando con un 19 no se puede seguir buscando al 21? el tema esta en ver si tenemos ovarios para que cuando llegue el 21 dejemos todo: el 19, los futuros hijos que tuvimos con el 19... creo que lo que nunca se abandona es esa busqueda, ese sueño de encontrarlo, pero insisto...no existe

CALM

Romi Amodei dijo...

Estoy TOTALMENTE de acuerdo con Sol.
Me parece que Ale teoriza demasiado los sentimientos, hipotetiza más de la cuenta las situaciones posibles o ideales. Y la realidad es que cuando las cosas pasan, nadie se cuestiona nada, sólo fluye...
Me da la sensación que sigue habiendo miedo de parte de él o que tal vez nada de todo esto en verdad le importe mucho... Demasiadas vueltas!

Publicar un comentario

Entradas populares