domingo, 26 de abril de 2009

XXI - Sonrisas

- Y así comienza...

La princesa huyó de su castillo para no volver nunca más. Se refugió en una pequeña casa a la que decoró con mucho empeño y sacrificio, y se dedicó a fabricar perfumes artesanales. Recolectaba distintas muestras de la naturaleza para elaborar los aromas, una tarea que la obligaba a recorrer los alrededores de su hogar durante largas horas. Luego, una vez por semana, se trasladaba al pueblo para vender su producción a los dueños de las distintas ferias.

Vivía sola, aunque no siempre había sido así. Solía compartir el castillo con su mamá, su papá y su hermano, hasta que una noche su mama cerró los ojos y nunca más los volvió a abrir. 

A partir de ese momento todo cambio para ella. Tomó a su perro y decidió escapar.  Anduvo algunos días sin saber bien a donde ir. Caminó durante horas por lugares desconocidos hasta que encontró el lugar que le pareció ideal: esa casa que era perfecta en su contexto y también por su ubicación, pero además porque le acercó la paz que buscaba, solitaria, desde aquella pérdida. 

A pesar de que intentaba mostrarse amable y divertida, la princesa no abandonaba su distancia. Encontraba en la soledad, la mejor protección para su desilusión.

Era una mujer hermosa que atraía las miradas de hombres y mujeres, en su paso semanal por la aldea. A pesar de que con el tiempo se le conocieron algunos romances fallidos, en el último tiempo había optado por permanecer al margen del amor. 

La vida iba tomando el color de su elección, de la paz que buscaba, hasta que una mañana encontró una nota en la puerta de su casa. 

“No hay nada más atractivo que una mujer que se expresa a través de la seriedad. Que trasmite distancia y misterio en lo más superficial, pero también cierto temor y fragilidad en lo más profundo. Sin embargo, un día sin querer, descubrí tu tan selectiva sonrisa… y fue a partir de entonces que no pude dejar de pensar en vos…

Podría habértelo dicho mirándote a los ojos, pero aún no encontré el coraje para hacerlo. Hay algo que limita mi actuar, algo que me alerta que unas simples palabras sinceras no serían bienvenidas. Pero a la vez, me vi en la necesidad de comunicártelo… 

Por eso, después de pensar mucho, logre darme cuenta finalmente qué es ese “algo” que hay en vos que quiebra mi valentía. ¿Te interesará saber qué es? 

Si quisieras, sólo tendrías que responder un “SI” en esta misma nota. Mañana encontraras la respuesta.”

La princesa se sintió intrigada por este extraño, pero no dejaba de pensar que lo mejor era omitir la respuesta y continuar su vida tal cual y como estaba. Pasó ese día muy atenta a su alrededor, pero no logró encontrar indicio alguno. 

Cuando llegó la noche, cansada de su trabajo de todo el día, decidió acostarse temprano. Cerró los ojos con calma, pero a los cinco minutos tuvo una pesadilla que la despertó, abrupta, y la dejó invadida de miedo en medio de la solitaria oscuridad. Rápidamente y sin pensarlo, tomó la nota, escribió “SI” y la dejó en el lugar en el que la había encontrado. 

A la mañana siguiente, los pensamientos se le cruzaban indefinidos. Por un lado, quería correr a ver su nota, pero por otro se molestaba por prestarse a este juego. Era evidente un gran orgullo por haber logrado el desarraigo con la gente. Algo así no podía ocurrirle a ella. Entonces simplemente desayunó y buscó no modificar ninguno de sus hábitos, con el fin de no extender una situación que nunca debía haber comenzado. 

Sin embargo, cruzó la puerta y observó directamente el lugar donde había encontrado aquel misterioso papel. Pero no había nada. Su emoción se transformó en una gota de tristeza. 

Estaba decidida a continuar el día como si nada hubiera pasado, pero un ruido extraño la sacó de sus pensamientos y vio a su perro correr rápidamente hasta desaparecer de su vista. La princesa, desconcertada, gritó su nombre y sus gritos se fundieron con los ladridos que sonaban más lejos, pero más fuertes. De repente, cuando su voz se empezó a quebrar, respiró profundo y todo quedo en silencio. No se escuchaba nada y hasta el viento que soplaba intenso abandonó su furia. 

La quietud fue absoluta durante los instantes que el perro tardó en volver, con algo en la boca. Era un tramo de una caña. La princesa lo tomó y lo arrojó al suelo y, cuando cayó, un papel se desprendió de él. Ella no pudo disimular su sonrisa y miró rápido a los costados, como si se sintiera observada.

“Ese ´algo´ que nos mantiene como extraños todavía, se explica de la siguiente manera: 

Tu sonrisa, causa de mi enamoramiento, jamás fue concedida a ninguna persona que hasta ahora haya conocido. Sin embargo, tuve la suerte (o desgracia) de contemplarla, casi  por casualidad.

Me encontraba por el bosque. Te escuché cantar y, al acercarme hacia tu voz, te vi. Sonriente, feliz. Pero claro, tus ojos brillando, tus labios con sus extremos mirando al cielo, no eran para mí. 

Es por esto que decidí aparecer, pero aparecer de una forma distinta, aparecer de a poco, en partes. 

Cada aparición revelará algo nuevo de mí, algún detalle que al final conformará quién soy. Pero me impuse un condicionante: cada instancia exigirá una auténtica sonrisa y será ella quien le dará lugar al siguiente acercamiento.

Esta es la única forma que encuentro para darme cuenta si todo lo que soy es lo que querrías conocer. Tendré una sola oportunidad. Será la acumulación de tus sonrisas lo que nos conducirá a un encuentro.

Ahora bien, sabiendo que sonreirías al encontrara a tu perro con esta nota en su boca, me permitiste revelar algo muy importante para mí: Mis Palabras…”

Se quedo inmóvil. Por un momento pensó en hacer un bollo y olvidarse de todo. Sin embargo, doblo la nota y la guardo. 

Su día continuó con trabajo y su concentración la ausentó de todo. Al caer la noche, el episodio de la mañana permanecía ya lejos de su memoria. Se desvistió y, al revisar los bolsillos de su ropa, se reencontró con el papel. 

Decidió ubicarlo sobre su único gran espejo. Retrocedió para colgar su ropa y, al darse vuelta, notó que éste ya no estaba… 

- ¿Qué opinás? Momento de decidir... ¿Continuamos?

9 comentarios:

estrella dijo...

Que hermoso lo que escribiste...me encanto!=D

quiero leer mas!!!
Beso

MQDLV dijo...

Muy lindo, Ale. La conquista... la conquista presente, alta en bandera... Beso!

Anónimo dijo...

Este brillante ensayo hizo que mi imaginación atravezara lugares hinóspitos siempre acompañda por la luz de las emociones, esas que tus palabras bien saben describir,realmente eres muy creativo, transmites lo que te propones, pues pude sentir los aromas, ver los colores y hasta identificarme por momentos con particulares características de los personajes...
En otros pasajes se hizo intensa la vividez de los protagonistas, ese hombre misterioso que revela su sentimiento (maravilloso por cierto) resulta ser atratactivo,intenso,tierno,sensual... esa mujer radiante que atrapa todas las miradas aparenta ser feliz con su soledad, refugiada en sus deseos teme las palabras de la nota, a la vez que desearía ser conquistada...pero su fragilidad se interpone a su belleza y aunque brilla para los demás ella no lo siente aún...
Dejas que el lector perciba la soledad de una manera difícil de comunicar (al menos ahora), quizas se trate de algo muy personal...
Muy bueno, me encantó, que mas puedo decirte..

Ah si algo para agregar,dos palabras cambiaría para que fuera perfecto este ensayo: impuse y exigirá.

Un beso

Anónimo dijo...

me encanto

cd dijo...

Continuamos, definitivamente.

Adriatico dijo...

Muy bonito, espero la continuación :)

A.C. dijo...

Que lindoooo!
Esperemos que elija saber el final del cuento.
Bs.

Anónimo dijo...

SI, CONTINUEMOS...
Voy a volver a sonreirte...
Bs, me encanto.
Bye

Anónimo dijo...

muy lindo el ensayo...muy romantico...=) saludos,
paula

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