lunes, 12 de abril de 2010

Capítulo VII: Adictas a la responsabilidad

- Quiero invitarte a salir.
- Ale, sabés que es imposible.
- ¿Y si termináramos la relación paciente-analista y me derivaras, aceptarías al menos una cena conmigo?
- No.
- Y en ese caso, ¿cuál sería el problema?
- ¿Para qué querés salir conmigo?
- Porque cada vez me siento más y más atraído hacia vos. Al principio fue solo un enganche más, del tipo superficial, pero te fui conociendo en el transcurso de las sesiones y me están dando ganas de compartir algo más que sólo esto.
- Te voy a aclarar algo: no me conocés, sólo conocés un rol definido y móvil que se te presenta en terapia. ¿Qué quiero decir con esto? Que lo que sentís no es por mí sino por tu analista. Cualquier mujer en mi situación, haciendo un buen trabajo, le provocaría algún tipo de sensación afectivo-atractiva a un “incomprendido” como vos. Por lo poco que aún conozco de vos, con sólo sentirte entendido por alguien, bastará para que ese alguien llame tu atención.
- Entonces lo que me estás diciendo es que todos los pacientes se suelen enganchar con vos.
- No te entiendo.
- Lo voy a preguntar de otra manera, ¿todos los pacientes generan una relación del tipo afectiva con su analista?
- Esa relación de tipo afectiva, como la llamás, se denomina “transferencia” y no siempre es de carácter tierno o amoroso, a veces también puede ser negativa, y ambas, si son vigorosas y el analista no lo advierte a tiempo, pueden volverse resistencias a la cura del paciente.
- Como en este caso, ¿verdad?
- Si tirás por la borda la terapia para salir conmigo, nos estaríamos equivocando los dos. Vos por intuir que te puede pasar algo conmigo y yo por no hacerte entender que mi carácter de estar asistiendo o ayudándote, genera un vínculo emocional.
- Pero entonces, según tu teoría un paciente siempre sentirá “algo” por su analista. O sea, si son hombre y mujer de más o menos similares edades, probablemente vaya por el lado de la atracción, en caso de mismo género y edades similares probablemente la sienta una amiga o amigo, si hay grandes diferencias de edad, probablemente se desarrolle una sensación más del tipo paternalista.
- Exacto, es inevitable.
- Estoy al horno, si no encuentro una forma para probarte que lo que me pasa con vos excede a tu rol de analista nunca aceptarás una salida conmigo.
- Ni lo intentes.

- ¡Uh che! Dame una chance al menos. El problema es que tengo dos grandes amenazas.
- ¿Cuáles?
- La primera es tu ego y la segunda tu ética profesional o responsabilidad para con tu trabajo. Ambas son grandes asesinas.
- Me hacés reír. Igual no entiendo bien lo de mi ego.
- Claro, si yo logro evidenciarte características de tu personalidad, de quien sos vos, estaría, según tu visión, frontalizando que no lograste mantener a “Sol”, lejos de la sesiones. Algo se te terminó escapando. Y por otro lado, que no es menor, es ese tema que tienen las mujeres con las responsabilidades.
- ¿Cómo es eso?
- Las mujeres son como adictas a la responsabilidad. Aman tener un deber por delante de sus deseos. O capaz son los deberes los que alimentan sus deseos, aún no lo termino de entender.
- ¿Hombres por un lado y mujeres por otro? Ale, me extraña.
- Sol, dejame explicarte. Por ejemplo, en el trabajo, si yo tuviera una empresa, contrataría todas mujeres.
- No me extraña.
- ¡Pará! No me ironices que apunto a otra cosa. Los hombres son mas rebeldes, necesitan argumentos para todo, tienen que estar de acuerdo, si encuentran una posibilidad para sacar ventaja, la toman siempre, son menos éticos o menos responsables por así decirlo. En cambio, las mujeres, en su mayoría, llegan temprano, les cuesta faltar por enfermedad, defienden su trabajo con los dientes, dejar de cumplir una regla es mucho más trascendental que para el hombre. Obvio que hablo en general, pero si hacés memoria, te acordarás de cómo, en el colegio, la mayoría de las chicas son aplicadas y sacan buenas notas, y los varoncitos son un bardo. Bueno, este patrón se mantiene a lo largo de toda la vida. Y en este caso en particular, no es la excepción.
- Entiendo lo que decís pero no veo la aplicabilidad entre nosotros.
- Claro, por algún motivo, si yo fuera el psicólogo y me toca una paciente de mi edad, encontrándome sin compromisos, que me gusta tanto física como psíquicamente, jamás dejaría pasar la oportunidad de tener una historia, sólo por el hecho de que sea ¡MI PACIENTE! No way, me cago en la ética. La derivo y la invito a salir sin vueltas. Mirá, si voy a comparar el beneficio personal de conocer una persona maravillosa, con la satisfacción de atender a alguien por trabajo, más allá de lo que me gusta mi actividad…
- …
- Y cualquier psicólogo hombre lo haría. Sin embargo, las minas no. Las minas, siempre que haya una excusa para no tener algo con un tipo, mejor. Este no porque es compañero del trabajo, este no porque somos amigos, este no porque no lo conozco bien, este no porque es del gimnasio. Siempre se resisten, o mejor dicho, buscan excusas.
- No estoy de acuerdo. Creo que un buen profesional omite vincularse con su paciente, y eso va más allá del género.
- ¿Vos hacés terapia no?
- Sí.
- ¿Es hombre o mujer?
- … mujer.
- ¿Por qué no un hombre?
- Porque…
- ¡Viste Sol! Tu sonrisa tímida lo dijo todo. No querés exponerte, lo que comulgás, no te lo crees. Por las dudas, decidís protegerte detrás de una mujer. Ni en pedo vas a poner todas tus emociones, toda tu verdad, detrás de un flaco más o menos de tu edad. No querés que te cocinen vuelta y vuelta. Sin embargo, por algún motivo, yo detrás de una mujer psicóloga estoy absolutamente a salvo.
- Puede ser pero, al margen, y aunque tenga la posibilidad de conocer a mi paciente, como bien dijiste, influyen otras cosas. Me tendría que gustar, no tendría que tener compromisos, etcétera. Y sin ánimo de ofenderte, omito responder a lo primero, pero sí te aclaro que tengo un compromiso.
- Lo se.
- ¿Eh?
- Se que estás en pareja. Se te nota, como también se nota que no estás enamorada o que, al menos, estás en crisis. No la pareja, sino vos. También me da la sensación que es una pareja longeva y que, sea lo que sea que te está pasando, es bastante nuevo, de ahora. Que durante muchos años minimizaste la posibilidad de tener dudas. Pero en fin, nadie me dio lugar, así que mejor me callo.
- Me abstengo…
- ¿Entonces? ¿Cuándo salimos?
- Ale… son muy interesantes tus apreciaciones, pero para serte sincera, aún no me quebrás. No niego que me suma el intercambio con vos, pero no me dejo llevar tan fácilmente.
- Persevera y triunfarás dice el refrán…
- Hacé lo que quieras, la puerta sigue abierta una hora, una vez por semana.
- ¿Sabés qué me pregunto?
- ¿Qué?
- Qué pasaría si nos cruzáramos solos en otro contexto… ¿bajarías la guardia un segundo?
- ¡Ojo con lo que hacés! Hasta la semana que viene.

14 comentarios:

STAROSTA dijo...

Buenos dias

Con permiso

Ante esta publicacion, una frase de Oscar Wilde

"Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame"

Mi pregunta seria: ¿Tambien aplica para las mujeres? A veces lo dudo...

UN SALUDO
STAROSTA
(UN PRODUCTO DE SU IMAGINACION)

A.C. dijo...

mmm...me suena

Ceci dijo...

Ay me has hecho reir, tantas verdades con respecto a las mujeres!

Cas dijo...

Recordé los pagos del analista.
Osvaldo (en sus teóricos de dirección de la cura), siempre decia algo así como que el analista paga con:

-su persona (al tolerar las máscaras que el paciente le adjudica, sumado al precio de tolerar la contratransferencia digo, en tanto que si la máscara calza se supone que hay sostén del otro lado)
- con su palabra (sin palabras. y prestándose todo el tiempo al juego del malentendido. -decían en la jerga que un buen analista es aquel que mucho tiene de pelotudo en su apariencia-)
- con su ser (poniendo de relieve su falta en ser. Esto es.....: acá iría la parte de no responder a la demanda ponele, a fin de que el paciente caiga en la cuenta de que la satisfacción toda, dada de una vez y para siempre... no existe. En lugar de un objeto mítico que vendría a subsanarnos de una vez y para siempre hay... objetos.

Y después mas sarasa que no recuerdo pero...

También paga con su tiempo. Éso. Porque el tiempo en la intervención (si es que la hay) es compartido. Y ahí viene la cuestión de la contratransferencia a sofoccar porque digo, en el fondo, los temas singulares siempre son... universales.

Muy lindo Ale!

P.D: yo me case con el que creia iba a ser mi analista pero al final nos abtuvimos parece. El divorcio terminó sin división de bienes imaginate...

Saludos Ale!
qué hay ahí arriba?

Cynthia dijo...

Sol, tienes mucho que decir, pero no lo haces porque posees de esta manera el poder, y no estás dispuesta a que se te escape de las manos. ¿Por que poder? Porque mientras menos información tengan de vos serás menos vulnerable. Lo dejas pensando que se trata de responsabilidades, que no transarás tu trabajo por él, sin embargo, sabes bien que en realidad te urge acercarte, besarle los labios y olvidarte del mundo. Pero no lo haces porque el silencio otorga resguardo, por ahí leí una vez…“la ausencia de palabras es solo protección.” Tienes muy claro que en cuanto bajes la guardia no habrá vuelta atrás, estarás destinada a perder. No quieres exponerte al riesgo porque estás acostumbrada a ganar en todas. Por eso mismo te encuentras con alguien que lo da todo por ti. Te sientes muy cómoda sin altos ni bajos y sobre todo sin amenaza a sufrir. Una visión cobarde pero segura. Continuas demostrándote que puedes ser capaz de descartar a cualquiera si la situación lo amerita, pero ahora llega alguien que te pone a prueba, y dudas. Por ningún motivo dejarás que se de cuenta. “No, no me conviene” es lo que estás pensando. Si me preguntas a mí te respondería: arriésgate Sol, lo que no mata, te hace más fuerte… se rumorea.

Ale, si es cierto, somos adictas a la responsabilidad, nos cuesta mucho dejar de cumplir con la expectativa. Pensamos que tenemos que superarnos a nosotras mismas, ganar respeto y fuerza necesaria para dejar claro que somos capaces y que nadie se atreva a ponerlo en duda. Podemos manejarnos de manera eficiente y entregar resultados excelentes. No porque cualquiera intente movernos el piso estamos dispuestas a dar nuestro brazo a torcer y dejarnos vencer. Menos aún contra unas ocasionales palabras bonitas. Pero bueno, también existen las rebeldes, que están dispuestas a probar que tan lejos pueden llegar. En el camino se van probando a ellas misma y van testeando a los demás por igual. Van ganando, perdiendo, y lo mejor de todo, aprendiendo en el camino.

¿No te das por vencido Ale?, persevera entonces, veremos quienes son realmente. Sol piensa que está en ventaja, pero bien sabes que eres tú quien está absolutamente a salvo, pues todo se lo has dicho.

A.C. dijo...

perdon... pero Sol no es analista? porque si es asi, "la ausencia de palabras" no es parte de su trabajo en primer lugar? digo, nose... o si... en fin...

Ale dijo...

¡Estos comentaristas me hacen acordar viejas épocas!

Lindos recuerdos.

Si, Sol es la analista, pero también es Ale, ¿no? Igual tengo fe que la verdadera analista, algún comentario hará.

p.m dijo...

Sol es la analista, pero es Ale, siempre es Ale, mucho Ale, me sumo a a.c. y hasta firmo p.m

cd dijo...

pero que mina che!! yo te hubiese dicho que si en la segunda. Que la resistencia sea solo intelectual!..ahi esta el juego.

Cynthia dijo...

Antes de ser analista, Sol es mujer.

La ausencia de aquellas palabras que el perspicaz del Ale quiere escuchar no se debe a ética profesional sino a protección personal.

Anónimo dijo...

Cynthia, algo de tu deseo de mujer se rebela con esta "Sol" que se protege, a tu parecer, en el silencio?
Callar, como bien mencionó Cas de la mano de Osvaldo (tomando los dichos de Lacan, claro) es uno de los pagos que Sol debe hacer en su función de analista: paga con su palabra, con su persona pero fundamentalmente, paga con lo que hay de esencial en su juicio más íntimo!
No se protege, porque no está en peligro -al menos , no en esa sesión.

La (verdadera?) analista

PD: Puede ser, Ale, que tu demanda aparezca incluso en este espacio?

A.C. dijo...

entonces justificamos una falta de etica profesional porque una persona antes de tener un titulo, tiene un sexo!!!???
ah!!!...bue... no SE porque pero creo que en la vida real no es asi...digo, nose...o si...en fin...

Anónimo dijo...

Me gusta tu blog.
Tenes algo de Hare Crishna..

Saludos!
Sonia.

Cynthia dijo...

A simple vista podría deducir lo que has dicho en el capitulo, pero preferí interpretar lo que jamás podría conocer, tus pensamientos. Decidí fantasear desde los ojos del amante, me pareció mucho mas divertido.

Un gusto “Sol.”

A.C, discúlpame, debí explicarme.
Me refiero a que la gente toma decisiones según su patrón de vida, tiene respuestas conductuales que van intrínsecamente ligadas al género, y generalmente las encajan dentro de un sistema social.
Siempre puede pasar lo que uno quiere que pase, nada está fuera de la realidad.
Si la ética profesional limita una relación x que podría ser eventualmente hasta de amistad, existe la posibilidad de bordear ese límite y derivar al sujeto (idea ya expuesto en la conversación).
No quiero aparentar soberbia expongo solo mi sencilla opinión.

Saludos ; )

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